Nacido en República Dominicana, Alex Ferreira se ha convertido a lo largo de su vida en un verdadero ciudadano del mundo.
Sus cambios de hogares, de Estados Unidos a España y actualmente México, han hecho que su música sea multicultural, una de las características que han llevado a su propuesta a ser única en su sensibilidad y romanticismo.
Desde hace 4 años vive en México creando sus propias canciones y escribiendo para otros artistas. El primer sencillo de su último disco Canapé, fue en realidad escrito para Ximena Sariñana, cantante que colabora en el disco.
Él se presentará el próximo 16 de diciembre en el foro Bajo Circuito y es por ello que nos ha enviado una carta respecto a su amor por la música y su vida como escucha.
Querido Warp
¿No se te hace raro como aveces para ganar algo hay que perder algo?
La industria nunca tuvo más incertidumbre que en los últimos 20 años. Era muy pequeño para recordar el cambio del vinilo al casete, tengo un vago recuerdo de la llegada del CD, pero el pánico de las disqueras y los medios por la llegada del MP3 lo viví en primera persona y en primera fila. Cuando bajábamos música y la compartíamos no sabíamos si sentirnos como delincuentes o parte de una revolución. La verdad es que simplemente fuimos parte de un cambio inevitable, en tierra de nadie por unos años saltando de blogs en blogs, de zip en zip, de compresión en compresión.
Por un lado ya no tenía que ahorrar el dinero que me daban para comer en el colegio y gastarlo en mi enorme colección de discos. Era para lo único que me hacía sentido gastar dinero. Nunca voy a olvidar a qué tienda fui a comprar qué disco, ni como se sentía leer el libreto y escucharlo por primera vez. Correr a mi casa para encerrarme en mi habitación con el Discman Anti-Shock. Perdí el romanticismo. Recuerdo la adrenalina de poner Bocanada o Kid A sin tener idea de lo que me esperaba. Perdí la limitante de solo tener algunos discos y tener que escuchar únicamente esos durante meses. El otro día escuché un amigo decir “Las limitantes me liberan” y yo perdí eso. Cuando me fui a vivir a España empecé mi segunda colección. Ahora el problema era cuales tener dónde. Ya no me gusta Incubus, esos los dejo en Santo Domingo, no caben en la maleta los de Silvio. Perdí ese dilema. Perdí la alta calidad de audio. Aunque mis abuelos escuchaban todo mono en una bocina cuchitril. Al final lo importante es la canción. ¿Qué importa la calidad?, cuando te pones un Kind Of Blue en vinilo lo entiendes.
A cambio de tanta pérdida gané ligereza, gané espacio, gané escuchar el disco que me de la gana cuando me de la gana, gané espacio en mi maleta. Sí, estoy de acuerdo que tener acceso a tanto no necesariamente es bueno, pero soy un junkie, lo confieso. Gané conocimiento, aprendí quién aprendió de quien. El internet es bueno, el internet es malo. Qué importa, el cambio es inevitable.
Ya tengo sueño, la industria está loca.
-Alex Ferreira