Tras tres años de su notable debut homónimo, con el cual cosechó críticas positivas, la galesa Kelly Lee Owens presentó en este año Inner Song (2020), su trabajo más ambicioso y completo hasta la fecha.
Bajo la tutela de dos de los grandes exponentes de música electrónica de los últimos años, Daniel Avery y James Greenwood (Ghost Culture), a quienes conoció en Londres tras dejar su trabajo como enfermera y comenzar una pasantía en XL Recordings, se motivó a introducirse de lleno en la música electrónica después de formar parte de la banda shoegaze The History Of Apple Pie, dando sus primeros pasos colaborando con Avery en Drone Logic (2013) y sacando su propio EP llamado Oleic (2016) el cual comenzó a llamar la atención por esa combinación de sonidos techno y shoegaze.
Un año después, su álbum debut Kelly Lee Owens (2017) obtenía críticas bastante positivas lo que la llevaría a ser buscada para colaborar en la producción de algunas mezclas para artistas de la talla de Björk y St. Vincent. Sin embargo, es en Inner Song (2020) donde la cantante y productora define su personalidad y el resultado es uno de los discos de música electrónica más fascinantes de este año.
Owens combina con maestría la sensibilidad del dream pop y shoegaze con su pasión por los sonidos electrónicos y las atmósferas ambient, estilos que se pueden percibir a lo largo de los 10 temas del disco. El disco arranca con ‘Arpeggi’, una deconstrucción extraña pero fascinante de ‘Weird Fishes / Arpeggi’ de Radiohead, dónde los arpeggios de guitarras de la original son cambiados ahora por sintetizadores, dando como resultado un intro bastante interesante.
‘Melt!’ es otro de los puntos altos del disco, en este hipnótico y cósmico tema muy al estilo de Jon Hopkins, Owens aborda el tema del cambio climático por lo que la estructura sonora está conformada por sampleos orgánicos, sobre este tema menciono en algunas entrevistas: “quería crear algo que sonara duro pero con samples orgánicos. Pensaba que serían una buena forma de enseñar lo que está ocurriendo en el mundo, de que cada momento, mientras respiras y duermes, esto está ocurriendo”.
‘Re-Wild’ recuerda a The Knife en varios lapsos, tanto a nivel sonoro como vocal, mientras que ‘Jeanette’ y ‘L.I.N.E.’ se refugian en atmósferas krautrock y shoegaze respectivamente, mezclando múltiples capas e interminables reverberaciones. Mientras que ‘Corner of My Sky’ sigue puntuando alto con la colaboración de Owens con John Cale (The Velvet Undreground), a quien la galesa considera uno de sus héroes musicales. Corte de ritmo semilento y hedonista, el cual recuerda la electrónica gélida y minimalista muy presente en exponentes como Against All Logic y Jamie XX.
‘Night’ inicia con dulces tonos dreampop, los cuales se transforman hasta alcanzar una explosión de beats bailables bastante adictivos. Inner Song (2020) culmina de manera hipnótica con ‘Flow’ y ‘Wake-Up’ donde la ensoñadora voz de la galesa se fusiona de manera perfecta con la explosión de sonidos emanados por sintetizadores, creando un cierre muy disfrutable.
Kelly Lee Owens ha entregado uno de los discos de electrónica más importantes del 2020 y se ha confirmado como una de los músicos más interesantes a seguir en el futuro próximo.