500 años de la muerte de Leonardo Da Vinci, El hombre total

// Por: Kaeri Tedla

mar 7 mayo, 2019

Este pasado 2 de mayo se recordó en todo el mundo la muerte de Leonardo Da Vinci, considerado por muchos uno de los más notables genios de la evolución e historia humanas y quien falleciera ese día, pero de 1519, en Ambois, Francia, a los 67 años de edad, por causas naturales.

Por supuesto, la conmemoración de estos 500 años, luego de la desaparición física de Da Vinci, dio a los medios en todo el planeta y a las redes sociales, material de sobra para volver a poner sobre la mesa las muchas virtudes de Leonardo como pintor y escultor, arquitecto e inventor. Además de  también continuar polemizando sobre su sexualidad o su profundo misticismo y misterio, características que lo han hecho ya un personaje legendario, difuminándose en su historia la tenue línea entre la verdad y la ficción.

En WARP quisimos más bien aprovechar esta ocasión, sumamente simbólica, para reflexionar sobre la naturaleza de este hombre único, quién cinco siglos después, continúa asombrando y fascinando por su condición irrepetible de lo que se ha denominado: Hombre Universalis y su mar de talentos innegables.

Diseño de morteros y fortaleza c. 1503-4

Saber todo de todo

La polimatía es la sabiduría que abarca conocimientos sobre campos diversos de la ciencia, el arte o las humanidades y cuyo acervo en algunas ocasiones es propiedad de una sola persona, cuya curiosidad y disciplina, además de una bien entrenada capacidad de observación, le permiten abarcar diferentes ámbitos de la cultura humana y transformar creativamente toda esa información en “algo tangible”.

Esa es la naturaleza de varios de los hombres que construyeron el Renacimiento, ese amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI y que significó la definitiva transición del oscurantismo de la Edad Media a la luz de la Edad Moderna, con sus enormes brincos en las artes, las ciencias naturales, las humanidades y la cultura en general.   

Desde Copérnico, Galileo o Miguel Ángel, hasta Descartes, Blaise Pascal o Newton, la inteligencia en todos estos ejemplos se muestra excedida en la voluntad creativa de hombres que basaban su vida en el principio de observación constante de la naturaleza y la realidad y el aprendizaje profundo, a través de ella.

Sin embargo, nadie antes o después de Leonardo Da Vinci ha podido compilar en una misma vida tanta información, tal ansiedad de conocimiento transformada en una creatividad desbordada, que por supuesto se tradujo en obras, inventos, teoremas y postulados que transformaron con creces la evolución de la cultura humana en su conjunto.

La aerodinámica, la hidráulica, la paleontología, la filosofía, la ingeniería, la anatomía, la óptica, la botánica, la música y la poesía, la pintura, la escultura y la arquitectura igual que el urbanismo e incluso la cocina, fueron algunos de los terrenos del conocimiento en los que Leonardo se sumergió a voluntad observando, leyendo, diseccionando, experimentando, explorando, buscando y encontrando respuestas a los insondables misterios que se agolpaban en la cabeza de Da Vinci y que se resolvían materializados en diseños y dibujos, objetos y máquinas, pinturas y esculturas cuya grandiosidad nos sigue sorprendiendo cinco siglos después.

Neptuno c. 1504-5

Vida bien vivida

Es entonces Leonardo el paradigma del Homo Universalis y uno de esos personajes que la historia humana ve aparecer cada varios cientos de años para replantear con su genialidad y talento nuestra propia evolución como raza y civilización. Hay quienes reconocen a Leonardo Da Vinci como la persona con mayor número de talentos, en diversas disciplinas, que jamás ha existido, cosa difícil de probar, pero muy fácil de creer.

Y es que nada en la vida de Da Vinci pareciera haber sido casual. Haber nacido en Florencia en 1452, o más precisamente en la villa toscana de Vinci, en plena expansión y consolidación del Renacimiento Italiano; ser hijo ilegítimo de un rico notario y una mujer campesina, lo que le condenaría a llevar no el nombre ni el apellido de su padre, sino la identidad abstracta de los hijos bastardos: Leonardo di ser Piero da Vinci, cuyo significado es “Leonardo, hijo del maestro Piero de Vinci”; su naturaleza curiosa, que desde pequeño lo obligó a entrenar sus facultades de observación y sus poderes analíticos, así como su avasalladora energía creativa.

Y es a partir de esa circunstancia que Leonardo desarrolla y despunta sus habilidades y consolida su propio destino y leyenda.

 


El cráneo seccionado, 1489.

 

Las curiosidades del genio

Hay mucho que pocos saben del Da Vinci:

  • Tenía el don de la escritura especular, una forma de escribir en la que todas las letras están invertidas con el propósito de “ocultar” el mensaje y que sólo pueda ser leído con un espejo; esta técnica y pequeños y sutiles “errores” en sus diseños, sobre todos aquellos de armas y máquinas, funcionaban como una especie de “candado autoral” con el que Da Vinci prevenía el plagio de sus inventos. 
  • Aprendió a leer y a escribir a los 5 años, era un niño sumamente inteligente y obstinado. 
  • Da Vinci sufría un severo caso de dislexia, aunque era capaz de escribir y pintar con ambas manos, más aún: podía escribir con las dos manos a la vez. 
  • Si no hubiese sido hijo ilegítimo, quizá no habría sido pintor, sino notario, como su padre. Sus oportunidades de asistir a la universidad se truncaron porque su mamá era una campesina, todo ello derivó en su llegada al taller de Andrea del Verrocchio, evento que sin duda marcó su formación y su futuro. 
  • Joven agraciado y vigoroso, Leonardo había heredado la fuerza física de la estirpe de su padre; es muy probable que fuera el modelo para la cabeza de San Miguel en el cuadro de Verrocchio Tobías y el ángel, de finos y bellos rasgos. 
  • Fue uno de los primeros italianos en pintar con óleo en lugar de con témpera de huevo, recurso usado hasta entonces; la innovación técnica le dio mayor luminosidad a sus obras y permitió conservarlas mejor, en la mayoría de los casos. 
  • Creó la técnica del “Esfumado” (sfumato en italiano), que consiste en crear sombras con líneas muy cuidadas y pequeñas con el propósito de dar profundidad. Sus sombras son tan sutiles que lucen casi como humo. 
  • La mayoría de sus pinturas terminaban incompletas. Aceptaba todos los encargos, pero no prometía acabarlos, pues “una obra de arte nunca se termina, sólo se abandona”, según decía. 
  • Leonardo era un hombre con muchos proyectos y con múltiples ideas que desarrollar, cuando se aburría de algo, simplemente lo dejaba a medias. Muchas de sus obras, inventos y proyectos quedaron como borradores, construyéndose en la realidad hasta los siglos XIX y XX. 

Salvator Mundi (1452-1519)

 
  • Demoró 4 años en pintar la “Gioconda” o Mona Lisa y se ha comprobado con rayos X que la pintura muestra al menos tres versiones completamente diferentes del mismo tema, todos pintados por Leonardo Da Vinci, bajo el retrato final. 
  • Tardó siete años en finalizar su obra titulada La Última Cena, las figuras que representan a los 12 apóstoles y a Jesús fueron tomadas de personas reales y los simbolismos que representa han inspirado duras polémicas y profundos estudios a lo largo de los años. Al optar por una técnica plástica de su autoría, en lugar del óleo que ya dominaba, este icónico cuadro de Da Vinci es el que más problemas ha dado para su conservación. 
  • Estudiaba el cuerpo de los animales e inspiradas en ello, creaba armas de guerra. Por ejemplo: fue el primero en crear el boceto de un tanque de guerra, basado en el caparazón de una tortuga. 
  • Estudió las aves con especial atención, específicamente los murciélagos y los búhos, con base en ellos hizo bocetos de aviones, helicópteros y planeadores. 
  • Consiguió grandes avances para la ciencia al experimentar con cadáveres que, gracias a su gran fama y conexiones con Reyes y Papas, pudo extraer secretamente de hospitales y cementerios. A pesar de que esta práctica estaba prohibida, se cree que pudo diseccionar unos treinta cadáveres con los que dibujó con detalle y claridad gran parte de los órganos del cuerpo humano. 
  • Estuvo en la cárcel a los 24 años bajo cargos de sodomía; aunque fue arrestado y condenado, permaneció preso pocos días debido a sus conexiones políticas. 
  • Paseaba solo por los bosques y montañas analizando las flores y los árboles, Leonardo creía que antes toda la tierra estaba cubierta de mar, porque en las montañas inexplicablemente encontraba conchas y caracoles marinos. Se dedicó a analizar el movimiento de las aguas del río, con el propósito de crear corrientes que se distribuyeran por todas las ciudades (tuberías). 
  • Trabajó en la cocina junto a su amigo Sandro Botticelli. Le gustaba experimentar con diferentes recetas, además de cocinar también creó el tenedor. Incluso llegó a intentar tener un restaurante en sociedad. 
  • Inventos que parecen comunes en la actualidad e incluso algunos que aún están por fabricarse, fueron en muchos casos inspiración de Leonardo, demostrando con ello su calidad de visionario: la grúa giratoria, el planeador, el tanque de guerra, el helicóptero y el submarino, el carro autopropulsado, el equipo de buceo, varias e ingeniosas versiones de robots, el gato de elevación, el asador automatizado, un diseño de casas portátiles modulares y decenas de objetos más. 
  • Leonardo dio clases de arte, pero sus discípulos eran escogidos por él. Siempre destacaron por ser hombres hermosos, lo que incentivó el rumor de su posible homosexualidad.

 


Un mapa de la Valdichiana, c. 1503-4

Hombre Total

Ese aparente desorden e indisciplina, en el caso de Da Vinci cobran una nueva dimensión, pues son consecuencia de una ansiedad creativa multifacética que le llevaba de un proyecto a otro y de un asunto a otro, al querer abarcar la mayor cantidad de conocimiento que su cerebro le permitiera y seguir explorando respuestas a las muchas preguntas que en su cabeza se agolpaban.   

Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse, puesto que la mayoría no eran realizables durante esa época y con los recursos técnicos existentes hasta entonces.

Como científico, Leonardo da Vinci hizo progresar mucho el conocimiento en la anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica, entre otras.

Su asociación histórica más famosa es la pintura, no obstante, únicamente se conocen alrededor de 20 obras suyas, debido principalmente a sus constantes (y a veces desastrosos) experimentos con nuevas técnicas plásticas y a su “inconstancia laboral” crónica.

Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos con dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas, pero también de pensadores e inventores.

En fin, que Leonardo Da Vinci es mucho más que el hombre del renacimiento o el genio máximo de su época o de la cultura occidental en su conjunto, es sobre todo el Hombre Total, ese que pareciera una utopía al reunir en sí mismo el poder más excelso de la condición humana: la creatividad en el arte y la ciencia y con ello la transformación del universo.

En esencia parecería casi imposible la aparición de otro Da Vinci en nuestros días o en el futuro cercano, pues en plena era de los gadgets, la pantallas y cámaras que nos rodean y controlan, las redes sociales y la realidad virtual, se ha perdido la herramienta más importante del hombre universal y el genio creativo: la OBSERVACIÓN profunda, constante y curiosa de la naturaleza y la realidad que nos rodean… y por supuesto de nosotros mismos.

Cinco siglos después de su muerte, Leonardo Da Vinci sigue presente en nuestro inconsciente colectivo y en la imborrable presencia de la GENIALIDAD en nuestra muy maltratada condición humana contemporánea… para fortuna de todos y regocijo de la historia.   

Un diseño para un monumento ecuestre, c. 1485-8

*Kaeri Tedla Tlatoa, es periodista, productor, escritor, locutor y colaborador en WARP; Director Creativo y de Producción y apasionado de la historia de manera autodidacta.