Pesimismo, existencialismo, derrota y cansancio son solamente algunos de los sustantivos que parecen adecuados para definir el más reciente álbum de Leonard Cohen, un artista que además de distinguirse por su impecable producción musical, siempre se explaya en sus canciones de una manera honesta; sin límites ni vergüenza, pero si con mucho estilo.
Este aclamado poeta/cantautor canadiense cumple medio siglo de carrera en 2017, resumida en más de una decena de libros de poesía publicados, un par de novelas y catorce álbumes de estudio. A sus 82 años de edad nos entrega un disco que aunque resulta ser una exquisitez auditiva, alude a la conciencia de la posible proximidad de su partida.
Las melodías están prácticamente susurradas con su inconfundible áspera y grave voz, mientras que la música que las acompañan es profunda y simple a la vez. Sobre tempos relajados se pueden hallar tajos de blues, folk y jazz con una instrumentación sin sobrecargas, dándole así su lugar a cada sonido ejecutado. La producción del álbum estuvo a cargo de Patrick Leonard, multiinstrumentista y compositor, y de Adam Cohen, hijo del cantante.
El coro invitado de la sinagoga Shaar Hashomayim, aporta un toque sumamente sombrío en la canción homónima que abre el disco, en la cual anuncia de manera justificada que ya está listo para que el Señor se lo lleve, y en ‘It Seemed The Better Way’, refuerza su punto y la atmósfera se encuentra envuelta de manera hosca. En general, el trabajo lírico es sublime y muy melancólico, parece ser una conversación directa con Dios, en la cual incluye varias referencias bíblicas, como la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén o como la fiesta del Jubileo, entre varias otras. Por otro lado, en canciones como ‘On The Level’ y ‘Travelling Light’ todo este matiz opaco y oscuro está notablemente adornado con los colores de las elegantes voces de sus coristas, quienes se han convertido en un factor implícito y característico en la música del canadiense.
Las cuerdas saltan al primer plano cuando el álbum se acerca a su final en ‘Steer Your Way’ y posteriormente en el cierre del material, el cual concluye con una continuación prácticamente instrumental de ‘Treaty’. Cabe mencionar que Cohen no suele hacer piezas instrumentales, y simplemente concluye con un pasaje hablado que recita uno de sus deseos de lograr hacer un trato con Dios.
Haciendo justicia al título del álbum, este es sin duda uno de los trabajos más lúgubres en la carrera de Cohen, algo que refleja un momento sombrío en el invierno de su vida, pues él mismo mencionó en una entrevista con The New Yorker que ya se encuentra “listo para morir” (aunque tras el estreno del álbum se retractó y dijo que planeaba vivir hasta los 120 años). Es difícil negar que You Want It Darker suene como una carta de despedida en un formato depresivo pero de cierta manera agridulce.
Mientras que la intención no es enterrarlo en vida o afirmar que su muerte llegará pronto, esta obra es claramente el trabajo de un artista que sin importar su avanzada edad sigue entregando calidad y vertiendo su creatividad hasta que de el paso final de su camino en el plano terrenal.