Después de 5 años de ausencia por motivos personales, Stuart Murdoch y compañía regresan con el salto más grande que ha dado a su carrera para pasar de su clásico sonido ecléctico que mezcla tintes de un movimiento indie que creció de la década de los 90 para explotar en los 2000s, pero siempre pasando por debajo del radar, al ser ubicados como una de esas agrupaciones que tal vez, sólo tal vez, pudo llegar mucho más lejos para no desaparecer nunca; con un nuevo ritmo que cambia los papeles de añoranza y melancolía, por el baile como una ventana para lo que nos puede deparar este 2015.
En gran manera, Belle & Sebastian siguen más fuertes que nunca a pesar de los años y los problemas de su hombre al mando, lo cual, nunca ha evitado que sus personales letras tomen una ligera vuelta hacia una escritura mucho más formulaica que se basa principalmente en un sonido atractivo.
Con nuevos sintetizadores y un toque mucho más pop, la agrupación logra adaptarse a los estándares de la nueva era sin perder ni una pizca de su esencia que se muestra clara en temas como ‘Nobody’s Empire’, que abre el disco con una mezcla del pasado de la banda y lo que nos depara en este viaje por “Girls in Peacetime Want to Dance”, junto con “The Everlasting Muse”, “The Book of You” y “The Cat With the Cream”.
Aún tenemos el lado personal de la agrupación de Glasgow que no desaparece de esta nueva placa de estudio, pero al mismo tiempo logra perderse un poco en un nuevo sonido electrónico que simplemente sirve como la marca personal de este trabajo que al igual que su portada, cambia su característico par de colores monocromáticos por un blanco y negro que choca con los sentimiento detrás de las letras de Murdoch, Stevie Jackson, Chris Geddes, Richard Colburn, Sarah Martin y Bobby Kildea.
En este lado b de “Girls in Peacetime Want to Dance” tenemos canciones como ‘The Party Line’, ‘Enter Sylvia Plath’ y ‘Perfect Couples’, que nos muestran una nueva cara de Belle & Sebastian, que decide adoptar nuevos sonidos que definitivamente perfilan a los creadores de “Dear Catastrophe Waitress” como uno de los estandartes del cambio para este 2015, ya que conservan todas las características que han hecho que la banda se siga manteniendo hasta nuestros días, pero con una pizca de color que define al álbum.
Los problemas consistentes se presentan de nuevo en estos cambios que se dan al cambiar a Murdock por Sarah Martin en las voces, al igual que estos lapsos de tiempo en donde al parecer estamos escuchando nuevamente alguno de los clásicos temas del conjunto, que a pesar de todos los halagos por aventurarse a nuevas tierras de electropop, siguen conservando los mismos mátices que han creado tanto a detractores como fanáticos con el paso de los años.
“Girls in Peacetime Want to Dance”, muestra una nueva faceta de Belle & Sebastian que recrean un poco de este cambio el cual han tomado agrupaciones como Kasabian, Franz Ferdinand, Daft Punk, Arcade Fire o David Bowie en los últimos años, gracias a la producción de Ben H. Allen con un poco de dance en un paquete que esconde mucho más de lo que hay a primera vista