Disclosure
Caracal
Eduardo Martínez
Con el lanzamiento de su álbum debut, los hermanos Guy y Howard Lawrence se impusieron un punto elevado a superar. En Settle (2013) utilizaron una fórmula sencilla pero efectiva, al conjuntar vocalistas que atravesaban un buen momento con su sonido fresco, logrando revolucionar la escena de la música electrónica en Reino Unido para, posteriormente, catapultarse al éxito mundial y ser nominados al Mercury Prize.
Llegamos a 2015 y en el primer trimestre del año se anunció su nuevo trabajo discográfico. El primer sencillo, ‘Holding On’, con Gregory Porter, se lanzó acompañado de publicidad con su característica máscara en el rostro de Gregory, apareciendo en diversas ciudades de Europa (un movimiento de mercadotecnia parecido a lo que hizo Daft Punk con Random Access Memories). Caracal fue el nombre que se le dio a su segunda placa y la ansiedad por escucharlo resultó evidente.
Ya en el mercado testificamos cómo la misma y eficaz fórmula era aplicada, con su particular sonido y una lista de músicos importantes en diversos géneros: Abel Tesfaye (The Weeknd), Lion Babe, Kwabs, Miguel, NAO, Jordan Rakei, Gregory Porter, Lorde y, claro, Sam Smith. Al escuchar ‘Nocturnal’, el primer tema, automáticamente quedas atrapado con su explosividad llena de un synthpop nutrido por los años 70 y la voz de Tesfaye, dando un toque sensual que motiva a bailar con alguien interesante.
No es común que un disco tenga más de tres sencillos en su repertorio, pero con Caracal se promovieron más del 60% de las canciones antes de salir a la venta, una jugada interesante por parte de Disclosure que colocó sus temas más sobresalientes en el ojo público; ‘Omen’, con Sam Smith; ‘Hourglass’, con Lion Babe; ‘Willing and Able’, con Kwabs, y la interesante y atractiva ‘Magnets’, con Lorde, fueron algunos de ellos.
El talento de Disclosure logró posicionar a este disco dentro de los mejores del año, pues ejecutó de manera sobresaliente su capacidad de sacar de su zona de confort a artistas de primera línea, perfeccionó sus composiciones de la mano de Jimmy Napes (quien co-escribió el álbum) y logró una producción brillante, logrando que eso que parecía improbable ocurriera: rebasar sus propios límites.