Las bandas sonoras se han resumido a una compilación de temas que encuentren un paralelismo entre la historia de la película y la letra de la canción. A lo largo de la historia cinematográfica hemos tenido OST que han sido muy aclamados por el minucioso trabajo de selección, tal es el caso del nuevo trabajo de Thom Yorke.
Hay bandas y músicos que han iniciado trabajos desde cero cuando les es encomendada una tarea similar. De alguien como Thom Yorke se tienen altas expectativas, tras los trabajos con Radiohead, Atoms For Peace y sus discos en solitario.
Al tratarse de una banda sonora, Thom tuvo un espacio definido para moverse con su creatividad. Bajo el contexto de una película de suspenso y terror, como es el remake de Luca Guadagnino de la película de 1977, dirigida por Dario Argento. Los cortes de canciones que inevitablemente nos remiten a temas de The King Of Limbs (2011) o Amnesiac (2001) guardan distancia por medio de composiciones corales, que incluso podrían guardar una línea con lo sacro, como en ‘The Conjuring Of Anke’, ‘Sabbath Incantation’ o ‘A Choir Of One’ y la duración de casi un cuarto de hora.
Hacemos una mención aparte de ‘Unmade’, en la que la canción es pastoreada por un piano ejecutado por Yorke, dejando detrás una cauda sonora con voces de soprano y cuerdas. Thom tuvo un encuentro con la experimentación, con sonidos poco comunes y que apelan directamente al suspenso. Sintetizadores análogos chirriantes, atmósferas que conducen tu imaginación a un terreno obscuro en el que apenas puedes dilucidar los próximos 2 metros frente a ti. Citamos el preludio ‘Synthesizer Speaks’, que anticipa el comienzo de ‘Suspirium’.
Canciones que tal vez sean saltadas en la lista de reproducción por incomprendidas, pero que forma parte de la simbiosis y entidad que comprende la producción. ‘The Room Of Compartments’, ‘An Audition’, ‘Belongings Thrown In A River’ y ‘Voiceless Terror’, por citar algunos. El contraste lo encontramos también en el trip-hop de ‘Has Ended’, tema en el que Noah Yorke, hijo de Thom, toma las baquetas para dar golpes en tarola y hi-hats.
Un curioso arpegio en ‘Open Again’, que es la base de toda la canción. El sonido sobre el cual se mantiene ‘The Balance Of Things’ nos hace pensar en un vielle, un instrumento medieval de cuerdas, y no estaría de más al tratarse de la primera incursión de Yorke en una banda sonora. Tal vez veremos incidencia de este trabajo en algún trabajo futuro con Radiohead.