No hace ni una semana, revisitaba los caminos del “For Emma, Forever Ago”. Con aquel álbum debut de Bon Iver la mente vuela hasta la cabaña donde Justin Vernon se encerró para lograr un puñado de piezas que igual producen o detienen la tristeza. El saudade. También tiene como efecto secundario el querer escuchar más -de lo que se puede encontrar en el “Bon Iver, Bon Iver”- y que se volvió una pieza faltante en un rompecabezas musical de miles de piezas, en el que las colaboraciones y proyectos alternos de Vernon van encajando a modo de mosaicos en un cubismo musical policromático.
Quizás es por ello que el nombre del álbum para Volcano Choir me llama tanto la atención: ‘Repave’. El “repavimentar” o “reencarpetar” un camino. Alejarse de la devastación donde el cascajo y el polvo fino le nublan la visión y hacen tropezar al caminante con los aparentemente inocuos obstáculos inherentes a su naturaleza. Así, como emergiendo desde una nube de polvo, blandiendo una espada de luz en el horizonte, apertura ‘Tiderays’. Una marea sonora equiparable con el atardecer más claro que vista nuestra memoria, de aromas frescos y maderosos.
Esta nueva producción es el eslabón perdido, alejado del pedigree del disco presentación de Volcano Choir. Se ubica rápidamente y con facilidad en el árbol genealógico de lo que Vernon esbozó entre ese primer “Unmap” y el segundo de Bon Iver. Ocupa un lugar que había quedado vacío, pero no sin esperanza de ser habitado por la voz de Justin en un despertar que se prolonga más allá de la suave reverberación de un órgano de pipas, de los corales y la melancolía.
No es un álbum que deba ser sometido a la vivisección y separación en partes para su asimilación, por mucho que pueda uno encontrar muletas para el corazón en temas como ‘Alaskans’ o el cerrador ‘Almanac’.
“Repave” se prolonga y existe a lo largo de casi cuarenta minutos, convirtiéndose en un material que no necesita más tiempo para imponerse como un must listen para esta última mitad del 2013 y que hoy se estrena oficialmente. Es la representación musical de la bienvenida a un otoño que se pintará en los mismos tonos que Volcano Choir ha seleccionado para pintarnos un paisaje bellísimo, ese que guarda la cura a la tristeza que deja la partida del verano.