Por: Hermilo Isaac
Paul McCartney se encontraba celebrando su cumpleaños 76 cuando nos tomó por asalto el anuncio de un par de canciones que hoy forman parte su decimoséptimo álbum como solista. En su jovialidad, estrena Egypt Station (2018), un álbum comodín, un disco que podemos acomodar en distintas épocas de la historia de The Beatles que se ha visto envuelta en amenazas y jaloneos por quienes dicen dominar el mundo.
Paul McCartney conserva esos juegos de palabras que difuminan en eufemismos a “escondidas” los viriles deseos de un joven apasionado, como pasa en ‘Fuh You’ y en ‘Come On To Me’ que comparten una lírica hasta cierto punto fofa y de versos repetidos una y otra vez, mismos que no tienen mayor trasfondo. Las baladas lideradas por un piano, que nos rememoran que es de los mejores espectáculos en vivo, como viene presentada en ‘Hand In Hand’, ‘I Don’t Know’, ‘Do It Now’ y los cambios abruptos que hay en ‘Despite Repeated Warnings’, siendo una de las canciones más dinámicas por el salto de un compás rítmico a otro, en una forma brillante de desarrollar la canción más larga del disco.
La música tiende a seguir una trayectoria marcada por aquellos que poseen materiales que son mencionados como clásicos, y que cientos de personas o bandas se remiten a recrear con un toque personal. En varias partes del álbum escuchamos a un Paul McCartney que volvió sobre sus mismos pasos, sobre aquellas líneas melódicas que marcaron tiempos y generaciones.
La fusión de los elementos contemporáneos con esta manera inglesa que dictó de forma inintencional las composiciones de hoy día, tiene sus rasgos que nos hacen pensar en obras como The White Album (1968), a propósito de su quincuagésimo aniversario, y esos caminos de guitarras acústicas por los que nos lleva ‘Happy With You’ y ‘Confidante’, en la que la guitarra tiene un sonido tal que podríamos asegurar que se trata de una de 12 cuerdas.
Hay ciertos sonidos en el disco que tratan de relacionar el sonido con la música de raíces árabes y esas escalas pentatónicas, con pequeños cortes de alteraciones en las partituras, mientras que por otro lado hay temas que sobresalen, ya sea por lo estelar de un instrumento o un conjunto de sonidos que se siente como una marejada de emociones, y sucede en ‘Caesar Rock’ en una impresionante forma de cantar para una persona quasi octogenaria. Caso curioso el tema ‘Back To Brazil’, con una rítmica propia del país sudamericano, e incluso con acordes claramente de Bossa Nova, en menores con séptimas y novenas simultáneamente.
El tema sobre quien de los 4 Beatles era el mejor quedó claro desde hace mucho. Con ahora 17 discos como solista no sabíamos si necesitábamos otro, pero la variedad, la lírica y lo melódico han hecho de Paul McCartney un modelo de músico por el cual es muy fácil encontrar debilidad y perder objetividad al mismo tiempo.