“Mine Is Yours” es un disco que derrocha buena vibra desde la portada. ¿Será su título que deja la sensación de ser incluyente y compartido? Entre rojo, verde, azul, la banda de Long Beach, California, te ofrece su música como un regalo, porque desde la primera (y homónima) ‘Mine Is Yours’ tus oídos reciben esa mezcla de rock indie de manufactura americana, pero con ciertas particularidades que ellos mismos destacan como parte importante de su música: el Soul. Encontramos pianos, percusiones, armónicas y ambientaciones que ponderan la melodía funky y por momentos R&B. ’Finally Begin’, el cuarto tema del redondo, te da los ánimos para seguir escuchando, es la canción que esperas oír, con la guitarra rítmica elaborando pasajes para una letra entusiasta y una voz que cumple con cada registro. Matthew Aveiro, Jonathan Russell, Nathan Willett y Maust consiguen engancharte hasta el último minuto de su disco, que culmina con ‘Flying Upside Down’, otro de los mejores entre sus once cortes que, si bien no suponen la reivindicación de un género —tiene momentos bajos, quizá muy densos, lentos, en contraste con el dinamismo de sus mejores canciones— tampoco son sólo buenas intenciones.