Actualmente en la escena musical mundial, muchos de los nuevos artistas tienden a utilizar en su música sonidos con base en guitarras eléctricas, sintetizadores, beats y sampleos. En este contexto donde no es común encontrar algo que no tenga una base llena de efectos, es en donde con apenas 18 años, Jake Bugg llega con una propuesta completamente orgánica, que utiliza sólo su voz y su guitarra acústica, para crear su primer disco homónimo compuesto por 14 canciones, el cual se ha vuelto un éxito en Reino Unido, llevándolo incluso a una gira al lado de Noel Gallagher.
Bugg posee una voz rasposa, la cual combina con ásperos riffs de guitarra que hacen que su música suene a folk e incluso country. Gran ejemplo de esto es ‘Lightning Bold’, primer tema del álbum. En esta misma línea continúa ‘Two Fingers’, aunque con una melodía más pop, más pegajosa, y así es como se desarrolla el resto del álbum, donde en ocasiones sólo interpreta con su voz y guitarra, a veces acompañado de batería, una suave guitarra eléctrica, violines o incluso una armónica, como en ‘Simple as This’, donde el sonido nos recuerda a los primeros años de Bob Dylan. En general son canciones cortas, de no más de tres minutos, con un sonido fresco que destaca por lo bueno que resulta a pesar de su simpleza. El único pero es que por momentos 14 canciones parecen un exceso, ya que hay algunos temas que pasan sin pena ni gloria, lo que vuelve al disco un tanto monótono, tal vez hubiera sido mejor dejarlo sólo en diez canciones.