Godspeed You! Black Emperor – Luciferian Towers #WARPReviews

Calificación

9

Godspeed You! Black Emperor

Constellation

// Por: Hermilo Isaac

lun 2 octubre, 2017

Artista: Godspeed You! Black Emperor

*Los comentarios emitidos son responsabilidad de su autor y no reflejan necesariamente la postura editorial del medio.

El mundo del Post-Rock es un cosmos en el que se encuentran sinfín de texturas. Muchas bandas emergen con canciones y álbumes que se convierten en estandartes del movimiento, e incluso marcan etapas del mismo. Muchas otras bandas se escabullen como peces o seres desconocidos en el vasto catálogo de agrupaciones y listas de reproducción que difícilmente se encuentran o que se llega por azar tras una fortuita recomendación del servicio de streaming. Así emergieron bandas que hoy se distinguen por la capacidad de secuestrar la atención y llevar las emociones por un camino que son un vaivén de polaridades.

En Luciferian Towers encontramos tal vez al mejor disco de Godspeed You! Black Emperor. La conjunción de lo experimental, el drone con el post-rock devienen en composiciones de talla épica. Escuchar a GY!BE es escuchar una elegía, es dejarse llevar por el trance y los violentos in-crescendo en los que se convierten sus elegías. Producciones como F♯A♯∞ y Lift Your Skinny Fists Like Antennas To Heaven son muestra de ello.

En este nuevo material de estudio los canadienses re-definieron el movimiento con un balance entre la estridencia repetitiva y perturbadora llena de delay y fuzz, como por ejemplo en el tercer movimiento de ‘Anthem For No State, Pt. III’, que más bien pareciera que estamos escuchando “Ritual Para Matar Una Serpiente”, mejor conocido como el ‘Sensemayá’ de Silvestre Revueltas. Los matices y profundidad del sonido que le imprimen las cuerdas en notorios violines y contrabajo que se distingue.

La última parte del disco comprende a ‘Anthem For No State’, que con sus 3 respectivos movimientos marca uno de los momentos cumbre en la discografía de esta enigmática banda. Con un primer movimiento dirigido por una guitarra melancólica con efecto de tremolo, mientras oportunos slides y cuerdas arrecian ese sentimiento.

El comienzo del segundo movimiento está marcado por el punteo del contrabajo, mientras una guitarra continúa el tremolo en graves con un compás de 5/4. Lo agresivo y estentóreo del fuzz y flanger marca el comienzo del tercer movimiento, una sacudida a la existencia entera el desenvolvimiento. La repetitividad es parte clave esta explosión sonora pues a medida que se vuelve al mismo punto, hay detalles que van haciendo que la canción tome más poder, como el slide-down del bajo, latones que dibujan que terminan siendo adornadas por una flauta Piccolo.

La canción y disco concluye, pero en los escuchas ha dejado una estela de emociones inexplicable. Menudo y tremendo acto que ha de ser en vivo.