Florence + The Machine – High As Hope #WARPReviews

Calificación

8.5

Florence + The Machine

Virgin EMI/ Republic

// Por: Harold Renteria

vie 29 junio, 2018

Artista: Florence + The Machine

La consolidación es un estatus que muy pocos logran alcanzar, un esfuerzo que requiere de una trayectoria propositiva, de imprimir empeño y genialidad en cada trabajo realizado, por lo cual se necesita definir un camino artístico y a partir de ahí empezar a crear. Uno de los ejemplos de constancia más representativos de esta década es el proyecto liderado por Florence Welch y su poderosa voz, que en sólo nueve años ha alcanzado la insignia de acto estelar en cada festival que pisan.

A casi diez años del debut de Florence + The Machine, estamos cerca de la consolidación de una artista que ha demostrado a la música posmoderna que las voces prominentes  y las melodías pegajosas con panoramas musicales pacíficos siguen siendo una apuesta valiosa y vigente aún con los sonidos que predominan en las frecuencias radiales y en las famosas listas de “streaming”.

High As Hope (2018) es la cuarta placa discográfica del proyecto inglés liderado por Welch, un álbum que llega después de tres años de espera y una exitosa gira con lo cual la meta a superar sigue siendo alta y mucho más la expectativa de los fanáticos.

El álbum comienza con ‘June’, un corte que arranca de una manera pacífica, con un ascenso evidente, un piano que marca el curso y la característica voz de Florence poniendo los acentos vocales en el lugar justo, dándonos idea de lo que va a venir en ‘Hunger’, en donde encontramos el marcado estilo al que estamos acostumbrados y de inmediato viene a la mente ‘Ship To Wreck’ del trabajo anterior.

Al avanzar nos encontramos con el que posiblemente sea uno de los puntos más fuertes de este compilado de canciones, ‘South London Forever’, la cual funciona como un himno que quizá quede marcado por mucho tiempo en los que disfrutan de las canciones de Welch con un paso dinámico y percusiones que van abriendo paso a lo demás. Es resaltable cómo los coros que están atrás en la mezcla refuerzan ese sentimiento nostálgico que va a enamorar a más de uno.

A continuación llegamos a la parte más acústica e íntima, ‘Big God’ incluso podría rayar en lo góspel, gracias a la voz pronunciada y el piano que nos llevan a una línea profunda que dice, -“Necesitas un Dios grande, lo suficiente como para sostener tu amor”-. Sin duda, esta pieza es un buen momento para avanzar a ‘Sky Full Of Song’, la primer canción que todos escuchamos de este material, una vez más nos encontramos con una composición que va incorporando elementos y que resulta en un paso de canción tras canción que va tocando fibras sensibles, ya sea por la profundidad de sus letras o la armoniosa instrumentación.

Cuando llegamos a ‘Grace’ seguimos en la sintonía pacífica y podemos encontrar virtudes en lo que podría ser una balada que encaja en forma con sus predecesoras para darnos el último suspiro antes de ‘Patricia’, una repentina pero necesaria alza al ánimo, donde el bajo y la batería nos vuelven a marcar el pulso constante y ofrecen ese empujón que deja con ganas de mucho más, sobre todo con el final que protagonizan los vientos a puro estilo de ‘How Big, How Blue, How Beautiful’.

En el mismo tono pero con una participación más pronunciada de los vientos llega ‘100 Years’, en el estribillo nos muestra una faceta más aguerrida diciendo y recordándonos a todo pulmón esos -“cien brazos y cien años”-, que quizá puedan tener relación directa con los actos terroristas que se han suscitado en el Reino Unido, también hay que destacar que el prodigioso jazzista Kamasi Washington se encargó de ejecutar y de los arreglos de algunos de esos poderosos vientos, así mismo que también el harpa tan característica de F+TM vuelve a tomar importancia después de mucho tiempo.

Este viaje musical termina con ‘The End Of Love’ y ‘No Choir’, dos cortes que nos hacen regresar a la calma y cerrar con broche de oro un trabajo en el que predomina más la tranquilidad, la paciencia, la introspección y la profundidad en todo su esplendor.

Por fin llegamos al momento cumbre en el que un proyecto tan constante e imaginativo alcanza la grandeza para hacer un álbum tan personal, con recursos tan poéticos y pacíficos que demuestran que la madurez es una meta que se debe alcanzar en algún momento u otro, de no hacerlo, quizá esa genialidad se quede estancada para siempre.

En High As Hope (2018) escuchamos la madurez, pero aún más las serenidad de una compositora que ya no está impaciente por lanzar éxitos que alegren a las masas, sino himnos personales que lleguen a tocar las fibras más profundas de los escuchas, una tarea mucho más ardua y que requiere de una habilidad que pocos poseen en la actualidad.