Por: Fernando Núñez
Un sonido orgánico con toques experimentales que entran dentro del marco musical de Nueva York / Manhattan en los años cuarenta, donde el jazz y el blues se asentaban como base principal de la vida social de los neoyorkinos, es lo que Snarky Puppy narra en su nuevo material discográfico: Culcha Vulcha
De manera sólida desde el primer instante en que el sonido despega, es imposible no imaginar que te encuentras caminando entre esas calles míticas de Nueva York y Manhattan, sin embargo, el toque que le tatúa la banda a esas bases de blues, jazz e incluso cierta armonía de funk que te da una perspectiva diferente a lo que estás escuchando: te da el poder de crear una historia.
El álbum comienza con “Tarova” que es una grandiosa introducción al álbum, igual que sus cuatro canciones posteriores de sonido fuerte para llegar a la quinta canción, “Beep Box” donde el ritmo baja y da esa calma al disco en el momento exacto para poder continuar. Su simetría en sonido es un acierto en cuanto a su orden y momentos, pero no deja atrás la experimentación de ritmos y armonías que marcan significativamente esta nueva entrega.
Pese a que las canciones tienen una duración considerable, escucharlas no se hace repetitivo ni complicado a personas no acostumbradas al género o a la banda debido al dinamismo de la banda y sus instrumentos; para los seguidores de la banda les será grata la sensación al escuchar el álbum.
Dos Premios Grammy en su carrera experimentada y bases bien consolidadas en su música hacen de su nuevo material huella de su trayectoria.