Quien es fan de correr entiende perfectamente el placer que se puede sentir cuando te pones tus tenis y sales a acumular kilómetros, dejándote llevar por las endorfinas y tus propias ganas de demostrarte que puedes más. Para Mauricio Díaz, correr es más que un deporte que practica o una herramienta para mantenerse saludable, correr para él es un vehículo para contar historias y explorar el mundo.
Así nació Aire Libre Running, una comunidad que busca, a través del running, acercarte a diferentes ecosistemas, culturas y países. Conocer el mundo corriendo y así generar en la mente de cada uno, una comprensión más profunda de sí mismos y su relación con la naturaleza y con los demás, diseñando experiencias, compartiendo historias y creando una comunidad diversa e inclusiva en torno a una nueva visión sostenible de vida.
Mau siempre estuvo en contacto con este deporte gracias a su papá, sin embargo fue hasta la carrera que comenzó a utilizar el correr como un medio para conocer su entorno convirtiéndolo poco a poco en su ritual favorito. Hoy, recorre el mundo corriendo, explorando sus diferentes paisajes, mientras se explora y entiende a sí mismo mejor a través de lo que más disfruta hacer, honrando a su cuerpo con movimiento.
¿Cómo descubriste tu pasión por correr? Y de todos los deportes que existen ¿Por qué correr?
De niño me tocó ir a ver y a apoyar a mi papá a varios maratones. Siempre he creído que desde entonces la semilla de correr se plantó en mi cabeza. Aproximadamente 16 años después, cuando inicie la universidad, realmente empecé a correr. Inicialmente corría por algo meramente superficial, estar en forma. Sin embargo, dado que estudié la universidad en 3 diferentes continentes, descubrí que la mejor y más profunda forma de conocer todos los nuevos lugares en los que vivía y a los que viajaba era a través de la corrida. Este acercamiento de usar el correr como un método para explorar fue lo que me enganchó y desde entonces no he parado. Correr es la forma de “ejercitarnos” más antigua y sencilla que existe. Existimos como sociedad por nuestra capacidad de correr largas distancias. Por sus componentes ancestrales, espirituales y primitivos correr es mi ritual y práctica de preferencia.
¿Cuál ha sido la experiencia más increíble que has tenido mientras corres? Y no me refiero a un lugar o camino, me refiero a una experiencia del ser, de la mente y la consciencia.
Durante una carrera de 50km en la Sierra Gorda de Querétaro, llevaba ya unos 32 km corridos y estaba en una sección espectacularmente bella. Un sendero muy angosto por arriba de un cañón. Del lado izquierdo había una caída de unos 20 metros y del lado derecho había una pared de piedra naranja muy alta. Soplaba una brisa y los rayos del sol entraban por enfrente del cañón. En este punto de la carrera yo llevaba la delantera y venía fluyendo a un paso rápido. De repente y de la nada se apoderó de mí una sensación de conexión profunda y absoluta con el todo. Me sentí parte del todo. Lo único que puede hacer fue, mientras seguía galopando, llorar de alegría y agradecer al aire. Gritando fuerte: ¡gracias, gracias! Nunca he vuelto a sentir tal cual eso.
“Utilizar el correr como un vehículo para contar historias y explorar el mundo. Todo con el fin de inspirar y ayudar a la mayor cantidad de personas a conectar con la naturaleza y con el movimiento, elementos indispensables para llevar una vida plena.”
¿Cómo surge Aire libre?
Aire Libre Running surge de una descabellada idea de mi socio Manuel Morato. En diciembre de 2015 me propuso correr 90km a lo largo del Mar de Cortez por el territorio de una tribu nativa llamada los Seri. Una ruta en medio de la nada, donde lo único que puedes encontrar es vida silvestre, Seris y narcotraficantes en camino a la frontera con Arizona. La aventura tenía muchos elementos interesantes, mucha carnita, por lo que decidimos invitar a nuestro otro socio Daniel Almazan, un artista y fotógrafo documental, a documentar de manera profesional la aventura. Después de aproximadamente 13 horas corriendo, logramos acabar los 90km. Las fotografías y el breve documental que Daniel capturó tuvo relativamente buena tracción, siendo compartido en varios medios internacionales. Ver el impacto que nuestra pasión podía tener, fue lo que nos motivó a no parar y seguir usando el correr como un vehículo para contar historias y explorar el mundo. Todo con el fin de inspirar y ayudar a la mayor cantidad de personas a conectar con la naturaleza y con el movimiento, elementos indispensables para llevar una vida plena.
¿Correr para liberar emociones o para encontrar soluciones?
Correr para celebrar la vida, liberar emociones y ya estirando, con claridad post-running, encontrar soluciones.
¿Cuál es tu relación con el dolor y las lesiones?
He sido extremadamente afortunado y hasta ahora en mi vida como corredor no he sufrido ninguna lesión verdadera. El dolor en distancias largas es algo inevitable, por ende yo siempre he creído que tienes de dos, o lo reconoces y lo aceptas o lo intentas de mentalmente evadir y la pasas mal. Sufres de más.
Cuéntanos sobre tu viaje a Baja y la ruta que hicieron.
Mi travesía de la Baja con mi carnal Nils, fundador de The Speed Project, hasta la fecha es la aventura/locura más intensa que he vivido. Lo que hicimos fue cruzar la península de Todos Santos a Cabo Pulmo, cruzando la Sierra La Laguna. O sea corrimos del Océano Pacífico al Mar de Cortez. Una distancia de 136km sin parar. Una elevación acumulada de aproximadamente 3,600 metros. Nos tomó 29 horas de mar a mar. El cambio de ambientes por la diferencia de altura fue algo super interesante. Corrimos tanto en desierto como en un bosque, pasando por oasis de palmeras. El nivel de estrés al cuerpo y la depravación de sueño me llevó a entrar en trance varias horas durante las últimas horas de la aventura. Vimos cerdos salvajes, vimos un lince, vimos serpientes muertas y mucho ganado de rancherias. Fue una aventura épica.
“¿Qué prefieres ser, un ratón de laboratorio dando vueltas al mismo circuito o un espíritu libre explorando los milenarios senderos del mundo?”
Cuando no estás corriendo ¿qué estás haciendo?
Cuando no estoy corriendo estoy trabajando, planeando, organizando, soñando y construyendo junto con un grupo de seres humanos extraordinario. También escalando, paseando a mis perros y disfrutando la vida con mi pareja Andrea.
¿Qué consejo le darías a un corredor que quiere transicionar de pista a trail?
Hazlo, ¡ya! ¿Qué prefieres ser, un ratón de laboratorio dando vueltas al mismo circuito o un espíritu libre explorando los milenarios senderos del mundo? Hay muchos trails de fácil acceso y cero técnicos en donde con los mismos tenis de ciudad puedes probar las mieles del trail running.
¿Correr con música o sin? Y si es con ¿con qué?
En la naturaleza sin música, hay que aprender a escuchar el ritmo de la natura. En la calle generalmente sin música, pero los invito a que prueben correr los viernes en la tarde noche solos con una playlist ponedora. Salir a correr sin ruta ni plan en mente, dejar que la música y la curiosidad los transporte por la ciudad. Será un gran baile.
¿Qué significa para ti la libertad y cómo la exploras en tu vida diaria?
La libertad para mí es fundamental para que la vida valga la pena. Dicho eso, también creo que es un concepto que cada persona entiende y vive diferentemente. Sin duda personalmente es una lucha diaria, ya que la operación del día al día a veces termina comiéndome y alejándome de mi concepto de libertad. Por ende es vital pausar cada cierto periodo para analizar desde arriba cómo va uno.
¿Qué has aprendido de ti durante estos años corriendo?
De mí no mucho, de la vida bastante. He aprendido que la vida para que valga la pena, se debe de abordar como una gran aventura. En las palabras Hunter S. Thompson, uno de mis ídolos:
“So we shall let the reader answer this question for himself: who is the happier man, he who has braved the storm of life and lived or he who has stayed securely on shore and merely existed?” ― Hunter S. Thompson.