Comienza el segundo juicio político contra Donald Trump

// Por: Concepción Moreno

mar 9 febrero, 2021

Este martes comenzó el proceso para hacer el juicio político (impeachment) en contra de Donald Trump por “incitar a la resurrección” por el infame asalto al Capitolio el 6 de enero pasado.

Durante meses después de la elección presidencial Trump hizo declaraciones furibundas llamando a sus seguidores a no reconocer el triunfo de Joe Biden. el 6 de enero, día en que en el Capitolio se oficializaba el triunfo del demócrata, Trump arengó a sus seguidores a que salieran a manifestarse afuera del Congreso. La consecuencia fue el asalto al Capitolio, un acto sin precedentes en historia estadounidense.

¿Qué es lo que va a suceder a partir de hoy? El Senado mandó al Cámara de Representantes para que se votara si el juicio procede. La Cámara votó mayoritariamente por el juicio (232 votos a favor, con 10 de esos votos por parte de representantes republicanos).

El Senado se convierte en una especie de tribunal que recibirá los alegatos de la defensa de expresidente a partir del miércoles. A partir de hoy, después de una sesión de cuatro horas, los senadores decidieron que el juicio se llevará a cabo de la manera más rápida posible para no entorpecer el arranque de la administración de Biden.

Nancy Pelosi tuvo un papel clave en la firma de la iniciativa del juicio

Un acto con peso simbólico

Nancy Pelosi, la presidenta del Congreso, anunció hace una semanas que el juicio contra Donald Trump procedía después de que los representantes votaran en mayoría a su favor.

A pesar de que Trump ya no está en el cargo, el juicio de impeachment tiene un peso simbólico. Las probabilidades de que Trump sea condenado son pocas, tan solo cinco senadores están abiertamente a favor de considerarlo culpable. El peso específico del mero acto de juzgarlo manda el mensaje necesario de unidad, de regreso a la normalidad. No se pueden tolerar las actitudes extremistas. Estados Unidos necesita la vuelta al gran equilibrio ideológico que caracteriza su espectro político. Urge porque las minorías radicales se vieron representadas por Trump, se envalentonaron. Urge porque Biden prometió el regreso a la paz social que se perdió durante el cuatrienio de Trump.

Cierto es el argumento de la defensa de Trump de que el impeachment es un teatro político, una suerte de coreografía necesaria para cicatrizar el pacto democrático estadounidense.

Es un procedimiento más de curación que de extirpación, es decir: si, en el remoto caso de que resultara culpable, Trump no tendría otra sanción que una palmada en la mano. Pero el mensaje es claro: nunca más actitudes radicales apoyadas desde el poder.