Finalmente, tras cuatro años sin un nuevo material de Coldplay de larga duración, hoy el quinteto más reconocido de Gran Bretaña regresó con un álbum doble llamado Everyday Life (2019) al cual le ha ido muy bien a nivel tanto crítico como comercial, llegando al primer lugar de reproducciones de streaming esta mañana.
Por su parte, los críticos han resaltado bastante el nivel de experimentación del álbum, que más que presentar avances compositivos, mezclas interesantes o nuevas técnicas de producción, lo que hacen es presentar canciones de una gran variedad de géneros con un enfoque bastante importante en los instrumentos musicales del Medio Oriente, tema central del álbum.
Coldplay es una banda sobre la que se tienen opiniones muy polarizadas. Alrededor de esas opiniones se han creado estigmas que parecen ser inermes y que sólo se alimentan para una de las dos vertientes; pero la banda se ha encontrado con una mayoría opiniones desfavorables desde finales de 2015, que fue cuando salió su séptimo material de estudio A Head Full Of Dreams (2015), su material peor recibido por la crítica y público, y que a la par se presentaron durante el medio tiempo del Súper Tazón de la NFL, una interpretación bastante pobre.
Tuvieron que pasar cuatro años para que Coldplay anunciara y diera detalles más concretos del octavo álbum, cuyo título es Everyday Life (2019). En medio de una extensa gira y vacaciones, la mente de Chris Martin le llevó a pasar horas y días a solas en el estudio, componiendo las canciones que conforman ahora este nuevo álbum.
Desde 2005, el quinteto se ha centrado en la creación de álbumes temáticos, como fue con X&Y (2015) y sus sucesores Viva La Vida (2008) y esa explosión de vida y creatividad musical en Mylo Xyloto (2012) y la gran calidad de sonido en la producción que también se refleja en la agresividad de los colores que comenzaron una era atrás, Ghost Stories (2014) y la circunducción en torno al duelo amoroso de Chris Martin tras su divorcio con la actriz Gwyneth Paltrow. Para finalizar con el dividido A Head Full Of Dreams (2015) sobre la alegría por la vida y la búsqueda de la felicidad en las cosas simples. Después lanzaron un EP titulado Kaleidoscope (2017), desde donde parte la línea que se extendió hasta el nuevo álbum. En concreto en la canción ‘A.L.I.E.N.S.’ que se confirmó con la letra y el video que hablan sobre una problemática que atañe a muchas personas en el mundo: la migración.
Que Coldplay haya decidido llevar todo un equipo de producción a Jordania tiene una razón de ser. Coldplay se muestra totalmente empático con este nuevo álbum, hablando con la gente afectada por problemas socio-políticos de la zona. Año con año son decenas y decenas de personas que huyen, que dejan atrás a todos y todo lo que conocen para buscar una vida lejos de la muerte, de la persecución y de la guerra. La migración desde Medio Oriente hacia los Balcanes es una de las rutas más concurridas. Algunos lo logran, pero muchos son los que perecen por deshidratación, insolación, hambre al pie del mar o errantes en medio del Mediterráneo.
El álbum tiene dos lados, que llevan por nombre “Sunrise” y “Sunset”. En cuanto a lo musical, volvemos a escuchar un Coldplay acústico, sin los loops, las secuencias pre-grabadas o las capas de efectos. La melancolía de Chris Martin es una constante en toda la producción. La emotividad que nos puede quebrar el alma en ‘Daddy’, una canción que en su recientemente estrenado video retrata a una niña perdida en el mar, sin rumbo, que extraña a su padre a quien hace tanto no ve que hasta ha pasado su cumpleaños.
Hay canciones interesantes que toman por sorpresa, ya que no se habían aventurado a hacer algo similar, como un solo de saxofón en la repetitiva base de “Arabesque”, mientras su sonido se diluye en el feedback de los delays. ‘Trouble In Town’ es otro de esos puntos en la primera parte del álbum, que podría recordar a alguna canción de Elbow, mientras que regresan a la quietud del piano, luego de esa explosión.
¿Cuándo habríamos imaginado a Coldplay hacer Gospel, Country o Blues? Bueno, para sorpresa de todos, hay canciones así en el disco, lo que hace más interesante adentrarse en el álbum. Estamos hablando de ‘BrokEn’ y ese tiempo acompasado con el tronar de los dedos y los coros Gospel. De igual manera en ‘Cry Cry Cry’ se presta muy bien para algún solo de Blues, pero bien sabemos que Jonny Buckland hace mejor trabajo con atmósferas y solos más sencillos. La primera parte cierra con ‘When I Need A Friend’, una canción que está compuesta sólo de un coro de iglesia y la voz de Chris, en uno de los temas más hermosos y purificadores de todo el álbum.
La segunda parte del disco es mucho más dinámica y alegre con canciones como ‘Orphans’ y ese coro de niños, así como ‘Champion Of The World’ que puede remitirnos a la historia de Yusra Mardini, una chica de Siria quien pasó por la situación de huir de su país, sin saber a dónde ir, a quién buscar y qué hacer. Una vez que obtuvo asilo y ayuda de parte del gobierno alemán, ha demostrado ser una competidora de alto nivel en natación, siendo representante del equipo de refugiados en los Juegos Olímpicos y mundiales de natación. ‘Èkó’ es una muestra de Chris Martin de la facilidad que tiene para los deslices en el piano y combinarlo con sus falsetes, mientras una guitarra acústica le hace compañía y un bombo de batería sólo marca el tiempo con negras.
‘Bani Adam’ bien podría ser una canción de tipo soundtrack para alguna película europea, que por momentos recuerda a la canción ‘Postcards From Far Away’ del EP Prospekt’s March (2004). Por otro lado, ‘Bani Adam’ es el nombre de un poema escrito por el poeta iraní Saadi Shirazi, y cuyas letras son recitadas durante la segunda mitad de la canción. El álbum cierra con una canción esperanzadora como es ‘Everyday Life’, con un corte muy orgánico, aunque la letra tiene un mensaje de conciliación, de lo difícil que puede ser el perdón, del problema que puede causar una cadena de mentiras. Hay asuntos que lleva mucho tiempo arreglarse, pero la constante en esta canción es resolver sólo este día, hacerlo mejor, hacerlo bien, de saber nuestras vulnerabilidades como un punto para trabajar sobre ellas.