Casa Nakasone es un proyecto colaborativo entre Sybaris Collection y el estudio arquitectónico Escobedo-Soliz. Este nace fundamentalmente de traer a la “exhibición de arte”, la intervención itinerante de espacios arquitectónico, centrándose particularmente en la vinculación de un discurso unificado.
El proyecto trabajado por la curadora de Sybaris, Regina de Con Cossio, Pavel Escobedo y Andrés Soliz, toma la Casa Nakasone, para traer obras de los artistas Gabriela Salazar, Gustavo Artigas y Manuel García, aprovechando la sincronía de materiales, formas y disposición, donde la casa es un canvas y la obra misma la intervención.
“Mucha de la colección de Regina hablaba de la materia, coincidía con la casa que habla de esto también. Los materiales con lo que está hecha la casa están expuestos, le da el carácter a la casa” nos cuentan los arquitectos mientras describen la manera en que aprovecharon esta construcción tan particular, para enaltecer todos las aspectos de arte presentado.
Escobedo-Soliz, sin embargo no trabaja de una manera conceptual, sino más bien dirigida a la funcionalidad y el resolver las circunstancias de cada cliente. El origen de su trabajo está en “que los edificios que hacemos hablen por sí mismo”, de esta manera haciendo de proyecto colaborativo, uno exploratorio para ambas partes.
“Detrás de cada obra que hacemos, incluida la casa Nakasone, hay una investigación de la materialidad de la luz, pero esto siempre será consecuencia de las circunstancias. En el caso de esta casa, nos podríamos inventar un discurso y cualquier persona se la podría creer, pero en realidad esta casa habla más de las circunstancias en las que estábamos trabajando. De un contexto específico. Con un cliente con una sensibilidad muy particular que sea abrió con nostros a poder explorar materiales expuestos.”
Precisamente describiendo la manera en que la “señora Carmen”, quien encomendó este espacio, fue una clienta abierta a la discusión y referencias dentro de esta obra en proceso. Explorando tipologías como la Casa Barragán, el uso de luz, la escala humana y claro, los materiales. Todo basado en algunas de las cualidades de la autoconstrucción.
Regina de Con Cossio, curadora de la exhibición ahonda en la vinculación desde el lado artístico “La colección está compuesta por piezas de tres artista. Gustavo Artigas, Gabriela Salazar y Manuela García. Todas con un elemento común en el que la materia es fundamental para la percepción. Casa Nakasone es un espacio que está construido con elementos materiales muy básicos, el ladrillo, la piedra, la madera y lo bonito del espacio es justamente como está tratado. Ambas piezas, tanto la casa como la colección tienen un corte minimalista. Las piezas resultan prácticamente una extensión de los espacios.”
Claro, todos cuartos de este espacio buscando la manera de integrar las obras, de manera en que la casa fuera una activa, además de ayudar a la experiencia de visualizar y experimentar la obra.
“Hay dos piezas que ilustran esto, Wall Wedge de Gabriela Salazar […] prácticamente parece que el abanico de madera de Gabriela, es de las tablas de madera de la casa” […] “Es un registro, una instalación en donde conseguimos hacer un concepto mismo de la casa” […] “Instalemos Nakasone, pero con una forma de acceso único” […] “Hay que documentar” nos cuenta Regina sobre la manera en que fue foco principal de Nakasone, lograr que la experiencia de espacio fuera tangible, aportará a la obra.
“La experiencia que no tiene que ver sólo con ver la obra de arte, sino entenderla en un contexto” […] “Esa forma de aproximarse es única, encontrar una pieza curada, dentro de un discurso, dentro de un contexto”