Desde que se lanzó al estrellato, Billie Eilish ha recibido todo tipo de críticas por su apariencia física y su estilo, convirtiéndola así en una figura que rompe con el arquetipo normalmente aceptado de las figuras femeninas. En ese sentido gira el cortometraje estrenado recientemente, ‘Not My Responsability’, mismo que pretende denunciar el bodyshaming y cualquier tipo de señalamiento en contra de la apariencia física de una persona.
En el video, se ve a Billie con una iluminación muy tenue despojarse de ropa para sumergirse en una especie de lago negro. Su voz en off se dirige a quienes han criticado su cuerpo, su estilo y apariencia física:“¿Te gustaría que fuera más pequeña?, ¿más débil?, ¿más suave?, ¿más alta?, ¿quieres que esté callada?, ¿te provocan mis hombros?, ¿mi pecho?, ¿soy mi abdomen?, ¿mis caderas? El cuerpo con el que nací, ¿no es lo que querías?”
Billie además manifiesta su posición feminista y emite una crítica a esta práctica que tanto ha dañado a las mujeres, pues se les juzga y valora por su atractivo físico, como si el fin último de una mujer fuese aparentar delicadeza, sutileza y lucir bella todo el tiempo:“Si llevo algo que es cómodo, no soy una mujer. Si me quito las capas, soy una puta. Aunque nunca has visto mi cuerpo, seguís juzgándolo y juzgándome por él. ¿Por qué? ¿Mi valor se basa solo en tu percepción o tu opinión sobre mí no es mi responsabilidad?”.
https://www.youtube.com/watch?v=1oTfZ_uANBc
La industria del entretenimiento siempre ha fungido como el escenario perfecto para convertir a la mujer en un cuerpo relegado a un segundo plano en cualquier aspecto de la sociedad. La cosificación y la sobre-sexualización de la anatomía femenina han distorsionado la imagen que tienen las mujeres de sí mismas.
El peligro está por todos lados, desde los medios de comunicación, hasta el cine o la televisión, pasando por la pornografía. Mediante la utilización de la publicidad en estos espacios, se llega de manera más directa a un público cada vez más joven, adoctrinándoles y creándoles falsos modelos de belleza que tienen la obligación de conseguir a través de insalubres prácticas como dietas extremas, la compra de productos estéticos o la cirugía.
El bodyshaming o señalamiento a aquellos cuerpos que no se ajustan a este arquetipo reduce el valor de una persona, independientemente de su género, a su cuerpo, de manera que sus cualidades físicas jugarán un papel crucial en ámbitos como la forma de relacionarse con los demás, la educación que recibe, su vida laboral, incluso las oportunidades profesionales que pueda obtener, excluyendo así a las mujeres que no se miran atractivas con base en los parámetros de belleza que la misma industria ha impuesto.