Better Call Saul (2015-2022), la precuela de Breaking Bad (2008-2013), terminó después de 6 temporadas en AMC en Estados Unidos y Netflix en México y parte de Latinoamérica.
Aunque el final no se ha transmitido aún en algunos territorios, debido a la popularidad de la serie, el fin de la historia de Saul Goodman se ha discutido en redes sociales y medios electrónicos hasta el cansancio. Lo que ha mantenido al show en tendencia a un par de semanas del estreno de su final.
Puedo decir que llegué un poco (o bastante) tarde al tren de Bette Call Saul. El show, creado por Vince Gilligan (como su predecesora), es un platillo que se cuece a fuego lento y que he disfrutado bastante sin las pausas entre temporadas. Considerando además, que la serie tuvo una corrida exitosa de casi 8 años con sus 6 temporadas.
Saul Goodman no era uno de mis personajes favoritos de Breaking Bad y teniendo en cuenta que la serie es una precuela, que acontece más de 6 años antes de que Walter White decidiera empezar a cocinar metanfetaminas. Y que la apariencia Bob Odenkirk, para representar una versión más joven de Saul. Y que la química entre el actor y Rhea Seehorn no terminaban por convencerme en su primera temporada. Varia cosas terminaron por convencerme darle una segunda oportunidad.
Primero el boca a boca; después las múltiples nominaciones a los Emmys y por último, la actuación de Bob en la película Nobody (2021).
“Better Call Saul”, desde su estreno cargaba con el peso de ser un producto derivado de una de las mejor series de los últimos quince años.
Breaking Bad impulsó y puso en el mapa a Bryan Cranston, Aaron Paul y Giancarlo Esposito. Y nos regaló momentos históricos y trascendentes en la historia de la TV.
Vince Gilligan, sin embargo, no cayó en la tentación de convertir Better Call Saul en una serie que viviera de la nostalgia, ni en producto cuya única razón fuera construir una historia que ya se había contado.
Aunque no faltaron las referencias bien colocadas y los viejos conocidos, estos sirvieron para nutrir el viaje de Jimmy McGill y su transformación en el corrupto y pintoresco abogado Saul Goodman.
Gilligan, como creador de la serie, conservó elementos narrativos y visuales de Breaking Bad, pero dio una identidad propia a serie.
Personajes conocidos como Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks), Gus Fring (Giancarlo Esposito) y Hector Salamanca (Mark Margolis) encontraron un nuevo hogar, dando más profundidad a su personajes, pero sin traicionar su esencia y la personalidad con la que los conocimos.
Otros personajes como Nacho Varga (Michael Mando), Howard Hamlin (Patrick Fabian), Chuck McGill (Michael McKean) y Lalo Salamanca (con un extraordinario Tony Dalton). Ayudaron a moldear la personalidad de Jimmy McGill. Quien durante la mayor parte de la historia se encuentra en la encrucijada de hacer lo correcto o tomar el camino fácil.
Pero es la relación entre Jimmy McGill y Kim Wexler (Rhea Seahorn) la que terminará de definir a Saul Goodman.
Better Call Saul es una historia de origen y Jimmy encuentra similitudes con Walter White, al ser personajes que no sabe cuando detenerse. Y a pesar de la complejidades de la trama y los personajes esta es en esencia una historia de amor.
Trágica y por momentos un poco retorcida, esta relación es la constante de principio a fin. La que impulsará a Jimmy en sus mejores y en su peores momentos y es la que nos dejará con un suspiro, con tristeza y nostalgia en la última escena.
Entre los fans de la serie hay algunos que tienen la consigna de que Better… es mejor Breaking Bad, no se si yo llegaría hasta allá. Pero si puedo decir que la historia de Saul Goodman abre la conversación para ser nombrada el mejor spin-off de la historia de la televisión. Solamente por ser un producto que ya podemos juzgar en su totalidad.
Better Call Saul combina perfectamente el drama y la comedia. Con una historia bien contada, que cuestiona dilemas morales y no muestra de forma gratuita la brutalidad y la realidad de sus personajes.
Bob Odenkirk, Rhea Seehorn encuentran el papel que marcará sus carreras de por vida. Junto con una renovada y muy merecida popularidad para Jonathan Banks. Y nuevo escaparate para Giancarlo Espito, quien se está convirtiendo en el actor con los mejores antagónicos. Y Tony Dalton nos entrega a un memorable y psicótico “Lalo” Salamanca que puede dar digna pelea a Gus Fring.
El camino que comenzó con Breaking Bad y termina con Better Call Saul le da un éxito más a Vinge Gilligan, quien ya tenía en su haber el fenómeno de los 90s “The X-Files”.
No sabes si este el punto final. Pero si lo es, sin duda es un cierre con broche de oro.