A través de las principales plataformas de streaming, el músico estadounidense Beck Hansen estrenó su nuevo álbum de estudio, un material titulado Hyperspace (2019) al cual han recibido con opiniones mixtas por parte de la crítica, gracias su promedio actual de 68 en Metacritic. Sin embargo, se trata de un material interesante repleto de canciones íntimas, baladas con similitudes en su estructura a lo presentado por “el güero” en su álbum Sea Change (2002), pero con armónicos extravagantes derivados del estilo post-internet del vapor-wave.
A lo largo de sus diez cortes, el álbum sorprende con su estilo introspectivo, con una paleta de sonidos intrigante, influenciada en los arcades, Beck entrega uno de los álbumes de separación más inocentes y románticos de su carrera. Lleno de sonidos coloridos y letras divertidas, pero más importante, un excitante nuevo sonido retro-futurista para la música pop.
Beck declaró que Asteroids fue muy importante para él durante su niñez: “Aparecía un botón cuando estabas a punto de ser destruido llamado hyperspace, el cual podía llegar a salvarte la vida». Es por esa última frase que se entiende a la perfección la intención del discurso de Beck en este material. Es otro álbum sobre un rompimiento amoroso, pero esta vez visto desde un lado más brillante, menos en el sufrimiento y más en el cómo combatirlo. Finalmente, todo se arregla con una noche de videojuegos, encerrado dentro de tu cuarto y con miras a la ciudad, obscurecida en la espera de un nuevo día.
De las canciones que conforman al material, resaltan dos en colaboración con el productor, rapero y activista Pharrell Williams. La primera de las cuales fue ‘Saw Lighting’, una pieza muy importante para el autor de temas como ‘Güero’ y ‘Loser’; pues de acuerdo a lo que declaró, tuvo que esperar 20 años para trabajar con Pharell Williams: «recuerdo que cuando estaba grabando Midnite Vultures, The Neptunes acababa de salir y yo supe que quería que mi próximo disco fuera una colaboración con ellos, así que aquí estamos, 20 años después».
Del mismo modo, colaboró con el ex-líder de N.E.R.D. en ‘Everlasting Nothing’, una canción mucho más lenta que las locuras synthpoperas que había estado presentando hasta este momento, una pieza que se va desenvolviendo con nuevos elementos cada que finaliza uno de sus versos.
Aquella pieza cuenta con una serie de intrincados sintetizadores coloridos, una guitarra eléctrica, y una melodía vocal por parte de Beck Hansen que recuerda un poco a lo que realizó dentro de su aclamado material Sea Change (2002), mismo con el cual se ha estado comparando de la crítica a todo el nuevo álbum.
Otra pieza resaltante es ‘Dark Places’, una balada pop que juega con líneas de sintetizador con una evidente influencia del vaporwave que se empezó a popularizar en la Internet a principios de esta década, mismo género de donde retoma Beck toda la influencia tanto música, como estética, para este disco.