Arranca Fashion Week México, mostrando nuevos panoramas en la moda mexicana

// Por: Staff

mar 2 abril, 2019

Eduardo Kuri, Fotos por Jesús Quintero

La esperada cita llegó por fin, el Mercedes Benz Fashion Week México 2019, en su edición número 25, convocó a su primer día de pasarelas en el Hotel Four Seasons de la Ciudad de México. A pesar de haber sido anunciado como un evento muy exclusivo, resultó bastante fácil presenciar las pasarelas presentadas en la mañana del 1 de abril.

Abriendo la jornada, Cynthia Büttenklepper, sorprendió con una colección cuidada hasta el detalle más mínimo. Impecabilidad en la elaboración de cada prenda y con diversas ideas conviviendo al mismo tiempo, la colección de Büttenklepper logró convencer por la armonía presentada en cada uno de sus looks. Por los comentarios en el público, era evidente que se trataba de uno de los desfiles más esperados de este primer día, satisfaciendo a quienes buscábamos llenar la curiosidad por conocer más a fondo el trabajo de la ganadora en 2018 del concurso Who’s On Next de VOGUE.  

La propuesta de Büttenklepper se enfocó bastante en vestir a la juventud actual, utilizando una gama de colores amplísima, acentuada por los materiales utilizados y el contraste entre estos en cada modelo. Las prendas voluminosas muestran el interés de la diseñadora por hacer ropa que finalmente resulte cómoda y atractiva, impregnándola al mismo tiempo de una estética moderna, romántica y al mismo tiempo nostálgico: las flores que adornaron las cabezas de casi todas las modelos podrían haberse interpretado como un gesto infantil de no haber sido por la actitud potente de estos.  

 

Madurez creativa

Julia y Renata se encargaron de mostrar una colección cohesiva, en la que todas las modelos compartían gestos estéticos y narrativos entre sí. Los sombreros western y las sandalias de flecos (de lejos parecían ser de fake fur)  dieron coherencia a una colección de por si enfocada en la comodidad. Las prendas fluían con colores oscuros en materiales ligeramente rígidos. Las siluetas parecían buscar adaptarse al cuerpo de su portadora y no lo contrario. Pero en algún punto, la explotación desmedida de los mismos recursos puso en juego el interés por conocer la colección hasta el final. A la mitad del desfile ya era predecible el tipo de silueta a punto de hacer su camino por la pasarela.

Pero en ningún momento esto se volvió un factor negativo: la exploración continua de las mismas siluetas es la evidencia de una intención por crear y explorar cuanto sea posible dentro de los límites creativos que muchas veces deben imponerse los diseñadores en cada colección para no invadir ideas que puedan explorarse de mejor manera en un futuro. Abarcar lo necesario es una señal de madurez creativa.

Para cerrar la mañana, el desfile de Anikena no pude haber sido una mejor elección. Si los desfiles anteriores intentaban disminuir sus intenciones conceptuales, el de Anikena fue un tumulto de ideas bastante bien logradas, ubicando la labor manual y artesanal como factor prioritario en la creación de cada pieza. Indudablemente enfocada para utilizarse en la playa, nuevamente se hicieron presentes los cortes amplios, pero esta vez fabricados con una minuciosidad opacada por los materiales utilizados.

Las prendas hablan por sí mismas

Son este tipo de desfiles los que logran hacer al público pensar más allá de su zona de confort. El repertorio de modelos fue el más variado de toda la mañana, presentando criaturas andróginas innecesarias de definición por géneros sobre todo por las prendas que utilizaban. Las prendas hablan por sí mismas a pesar de no lograr una imagen congruente en el momento, por su combinación con accesorios de impresión más lujosa por los materiales metálicos en los que estaban fabricados. Parecería que el hilo conductor de esta colección fue la complicada ejecución manual de cada pieza, efectuada en una paleta de colores terrosos y con pocos acentos de colores brillantes en tonos rojizos y con infinidad de texturas alcanzadas por la nula limitación de materiales y tejidos.   

La primera jornada del Mercedes Benz Fashion Week México deja con ansías por presenciar lo que sucederá en los siguientes días, y es una evidencia de las ganas dentro de la industria voraz de la moda mexicana de integrar a nuevos diseñadores en sus filas, haciendo evidente la necesidad de renovación y búsqueda de un nuevo público, incluso en una plataforma tan establecida como se ha convertido el MBFWMX.