Desde el inicio de la pandemia por COVID-19 han cerrado 13,500 restaurantes en la Ciudad de México y en el Estado de México. “Ya no podemos más” es la manifestación que hace el sector restaurantero frente a la precaria situación que el semáforo rojo implica, ya que el hecho de que solo servicios esenciales se mantengan abiertos y los restaurantes no sean considerados, ha orillado al desempleo masivo y el cierre permanente de diversos negocios.
En ese sentido, #AbrirOMorir es una medida que surge de la desesperación por la falta de apoyo del Gobierno ante el colapso de la industria restaurantera debido a la pandemia. Miles de PyMEs y sus trabajadores han optado por arriesgarse al contagio o, eventualmente, a la muerte.
“Es una muerte lenta y dolorosa” precisa el manifiesto que se ha publicado a través de redes sociales, pues al solicitar apoyo económico al gobierno en turno y éste ser denegado, han lanzado la petición de que se les permita mantener a las cadenas de restaurantes con las puertas abiertas.
En el documento se ha establecido que las puertas cerradas de los restaurantes los han dirigido a la imposibilidad de sobrevivir y pagar gastos y servicios. Sin embargo, a ello se agrega la pérdida de empleos a nivel nacional y con ello la afectación a una cadena productiva que se encuentra asociada al sector. Se trata de negocios locales o productores provenientes del campo que se encuentran gravemente afectados.
Asimismo, se especifica que se está castigando la economía formal a costa de que otras actividades no han sido controladas, como eventos privados, fiestas e incluso el comercio informal, mismos que son grandes puntos de contagio. Ante el escaso apoyo o prórrogas para el pago de impuestos y servicios, las condiciones de los restaurantes se ven cada día más complicadas para su subsistencia con puertas cerradas.
Esta solicitud llega a unos días de que se concluya el periodo de semáforo rojo en que la Ciudad de México y el Estado de México se encuentra desde el pasado 18 de diciembre, no obstante, y pese a la llegada de la vacuna contra el virus, la situación no ha mejorado, de manera que los contagios y muertes incrementan sin un control adecuado.
Por lo que se vislumbra una crisis sanitaria amplia en tiempo y espacio. En ese sentido, y frente a la falta de estrategias que definan un futuro seguro para el sector, solicitan ser considerados en las actividades esenciales, de otra manera, podremos hablar de una muerte segura para la industria.