Por: Priscila Núñez
Fotos: Franccel Hernández para WARP
Día 3: Viernes 19 de junio
Innovar es sinónimo de transformar. Un mundo mejor no surge de la nada, es producto del trabajo que hacemos día a día y siempre está cimentado en la cultura. La cultura es un fenómeno que siempre está en movimiento e interviene en todos los aspectos de la vida, es la fuerza que moldea la manera en la que conectamos con otras personas y con el mundo. Es así, que el reto que se planteó Catapulta fue el de abrazar la riqueza que la cultura provee para poder crear un mundo más sustentable y equitativo.
Para el tercer día de actividades del festival, y el último del foro de innovación social, se le dio continuidad al ciclo de pláticas, conferencias y talleres que tuvieron lugar en el centro cultural “La Calera”. Temáticamente se enfocaron en la relación que existe, y puede existir, entre la cultura popular y el cambio social; de tal forma que se presentaron proyectos que están trabajando por encontrar los puntos de unión entre las energías alternativas y las comunidades de artesanos. También se plantearon las formas en que se puede sacar provecho de los medios de comunicación y las tecnologías emergentes en general para acelerar el cambio social en un ecosistema local y global.
En el espacio conocido como “El Santuario”, se presentaron artistas que con la exposición de su trabajo, buscaban inspirar a los asistentes a buscar sus propias maneras de involucrarse con el mundo que los rodea, y sean parte de la solución; entre ellos, Pambo y Billy Mendrix de Motel, quienes hablaron de los procesos creativos y de colaboración para después interpretar algunas canciones.
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Finalmente, se presentó “Disarm”, un proyecto del artista mexicano Pedro Reyes en colaboración con COCOLAB, en el cual se llevó a cabo una transformación de fondo: armas de fuego dieron lugar a la creación de instrumentos musicales.
De regreso al centro de Oaxaca, en el restaurante Origen, se llevó a cabo la cena de clausura con todos los socios del Catapulta Fest; y posteriormente tuvo lugar la Kick-Off Party con la música de Memory Man (Sergio Acosta de Zoé), Julián Plascencia, NAAFI, y el proyecto de Toy Selectah y Camilo Lara, mejor conocido como COMPASS. Fue una fiesta que reunió a músicos, cineastas, escritores, fotógrafos, chefs, actores, fashionistas, skaters, etc., todos bailando a un solo ritmo.
Durante estos tres días del foro, Catapulta fue el espacio perfecto para relacionarte, para conocer personas que quieren cambiar al mundo desde sus trincheras, que están involucrados en el arte, y que entienden la importancia de las tradiciones pero también de la innovación. Seguramente de aquí saldrán muchos nuevos proyectos, no hay que perder de vista a Oaxaca porque está convirtiéndose en un punto de cambio.
Aunque el festival presentó muchos errores por la mala organización, los asistentes no perdieron los ánimos, siempre reinó una energía positiva y las ganas de conocer a gente nueva, de compartir ideas para generar nuevas. El cambio de conciencia es evidente en nuestro país, y movimientos como Catapulta ayudan a acelerarlo.