Por José Luis Rangel
Fotografías por Franccel Hernández para WARP
Primero fueron unos montañas, figuras caminando por el desierto. Unos loops ambientales llenaban la sala en la que el ambiente (disculpen la redundancia) no era el de un concierto de ambient: gente brincando, aplaudiendo y silbando para que saliera Tycho. Las montañas dieron paso a un desierto que se expandía hasta lo infinito y en el horizonte, un sol formado por plastas de diferentes colores se levantó, anunciando la entrada de la banda casi una hora después de que se abrieran las puertas de SALA.
El sol de “Awake” dio paso al sol de “Dive”. Bajo el sol, Scott Hansen, acompañado por Zac Brown, Rory O’Connor y Joe Davacens, tomaba posición detrás de sus sintetizadores. Los loops introductorios disminuyeron en volumen para recibir al riff de ‘Adrift’ y la audiencia enloqueció de gusto. Es difícil decir si lo que estaba sucediendo delante de la pantalla era más interesante que lo que sucedía detrás: tomas aéreas del Gran Cañon del Colorado volteadas de cabeza y demás linduras psicodélicas tienen el poder definitivo de distraer. El sonido no era óptimo, los bajos casi no se distinguían. Hacia la segunda canción, ya se escuchaba todo más ecualizado.
Tras un tímido saludo, Tycho se embarcó en un descenso alpino de loops psicodélicos, guitarras reverberantes y ritmos de batería trip hop cortesía del portentoso Rory O’Connor. Por ahí, se podía escuchar volando a los fantasmas de Tangerine Dream. Ernest Green saludaba desde la lejanía. Es una grata experiencia escuchar, traducido a un directo con banda en vivo, lo que ya se escuchó en un álbum fundamentalmente electrónico. Con sus limitaciones técnicas, el directo de Tycho es una sorpresa: sobre todo en lo que se refiere a la batería de O’Connor y a los sintetizadores del líder del proyecto, que dan a la electrónica de Tycho un sonido más orgánico, nostálgico de ese krautrock que mencionábamos antes.
Detrás de la banda, se sucedían eventos tal como sesiones de surf, viajes astrales a la “2001: Odisea en el Espacio” y desvaríos minimalistas que delatan el origen gráfico de Scott Hansen. Otro breve saludo y la banda salió, sólo para regresar Hansen un instante después a soltar los primeros samples de ‘Awake’. La banda se le uniría para esa y una más, ‘Montana’, en la que además Hansen tomó la guitarra, acompañado por imágenes de “La Montaña Mágica” de Jodorowsky. Hasta ahí llegó el encore. Los visuales, afortunadamente, durarían todavía unos momentos más.