El pasado lunes 27 de abril, con un Plaza al tope de su capacidad, acompañado únicamente por su guitarra, el músico irlandés Damien Rice ofreció una de las presentaciones más emocionales en lo que va del año. Como era de esperarse, el lugar estuvo plagado de melosas parejas, demostrándose su amor sin remordimiento alguno de que algún solitario se cortara las venas. Bastó con escuchar los primeros acordes de ‘Delicate’ para darnos cuenta de cual sería el ambiente por el resto de la noche.
Además de revelar que actualmente ya se encuentra trabajando en su próxima producción, el músico regaló a sus espectadores un par de sorpresas durante el concierto; una de ellas fue subir a una de sus fans, para interpretar a dueto el tema ‘I Remember. Para sorpresa de muchos, la chica lo hacía bien, lo cual honestamente nos hizo dudar un poco de la espontaneidad del suceso, sin embargo, no podemos negar que fue un detalle agradable y, al final, el espectáculo no se vio perjudicado por una mala interpretación (lo que hubiera sucedido de haber subido al azar a cualquier persona).
La noche avanzaba, Rice seducía y conquistaba cada vez más a los asistentes con interpretaciones sin micrófono, únicamente aprovechando la acústica del lugar, transformando su guitarra acústica en eléctrica y organizando a los espectadores por secciones para corear juntos ‘Volcano’, además de sus múltiples intentos por comunicarse en español, agradeciendo a todos sus seguidores por haber esperado desde su pasada visita a nuestro país en 2009.
La emoción se vio reflejada en todo momento, sin embargo, resulta evidente que en México muchos no entienden que hay conciertos que requieren silencio por parte de la audiencia, sobre todo cuando el artista interpreta totalmente desconectado. Esta falta de entendimiento derivó en que se escuchaban más los desafinados cantos de nuestros vecinos de concierto, que al propio Rice.
La noche concluyó con ‘The Blower’s Daughter’, tema que despidió y dejó más que satisfechos a todos los presentes, reafirmando,una vez más, la capacidad del intérprete para hipnotizar al público. Fue así que regresamos a casa, a la normalidad, pero con el gran sabor de boca que deja una presentación como la del irlandés, quien prometió volver con un nuevo disco, que seguramente sus seguidores están esperando con ansia.
Texto: Kristell Velázquez
Fotografías: Raúl Arce para WARP