El día de ayer, 30 de marzo, quedará marcado como uno de los grandes capítulos de la historia de la música popular en el mundo, no solo se lanzó el servicio de streaming TIDAL, propiedad de algunos de los músicos y artistas más influyentes en el mundo entero, también marcará un parteaguas en el modo de consumir música. Ya era clara la tendencia del streaming desde hace un par de años, pero cuando Daft Punk, Madonna, Alicia Keys, Kanye West, Beyoncé y otros veteranos que inflaron sus carteras vendiendo discos físicos hace ya décadas, confirman que el streaming es el futuro, automáticamente se convierte en una verdad cuasi absoluta.
En total son 16 los nombres detrás de TIDAL que buscan “restablecer el valor de la música” y que figuran con un 3% de la sociedad cada uno, entre Alicia Keys, Win Butler y Regine Chassagne de Arcade Fire, Beyoncé, Calvin Harris, Chris Martin de Coldplay, Daft Punk, deadmau5, Jack White, Jason Aldean, J. Cole, Kanye West, Madonna, Nicki Minaj, Rihanna y Usher liderarán lo que parece ser el futuro consumo de la música.
Siempre habrá quien se rehúse a la evolución y tendrá sus argumentos válidos, pero ha pasado desde hace décadas entre los cambios tecnológicos entre vinilos, cassettes, CDs, mp3 y ahora el streaming.
“Gracias al internet a finales de los 90 comenzó la desaparición del anaquel dentro del proceso de distribución, las transacciones digitales de productos y servicios son resultado directo de la conexión entre personas. Los distribuidores físicos tienen cada vez menor cabida entre el consumidor y el productor; por ello me parece completamente natural que los artistas empiecen a generar plataformas de contenido dónde ellos sean los dueños. Por años la industria musical ha sido manipulada por terceros y los artistas han tenido poco control respecto a qué y cómo se distribuye su contenido. Desde los días de Napster hasta Spotify ha sido un tercero el dueño de la tecnología, quién ha decidido los cómos del contenido de los artistas. La llegada de TIDAL es, sin duda, un modelo que protege los derechos de autor y le da a los escuchas una experiencia sonora sin descompresión, sin precedentes en cuanto a streaming se refiere. Ahí esta el éxito de TIDAL: La verdadera competitividad de esta plataforma reside en la calidad de contenido que le ofrece a los clientes, no en que sean los artistas quienes distribuyen su contenido y eso es también el resultado de la tecnología. Los próximos diez años veremos a cada industria generar plataformas inmersivas que hagan más sentido para todos y se conviertan entonces, en negocios más justos dónde el ganador será el consumidor”, nos afirma Mariana Del Valle, experta en tecnología y temas digitales.
Luego está el lado del artista, que desde ayer comenzó a generar polémica, primero con The Haxan Cloak acusando a TIDAL que usó su música sin permiso en un video promocional:
“Jay Z compra plataforma digital de 50 millones (bien ahí, aunque en realidad es el antecedente). Luego Jay Z se da cuenta de que su plataforma digital difícilmente compite contra la inercia de millones de internautas que robóticamente reproducen música en YouTube y Spotify (mal ahí). Jay Z decide impulsar mediante una campaña con otros 16 músicos del mainstream (bien ahí). Luego hacen una promo con música imitación de The Haxan Cloak sin pedirle permiso ni hablar con él (pésimo ahí, ¿no que “artistas primero”?). Finalmente, la masa regresa a hacer stream en Spotify dando prácticamente cero beneficio a los artistas, muchos de ellos usando los medios no como una plataforma de análisis o de descubrimiento, sino como música de fondo. Los conocedores y escuchas medianamente profundos a SoundCloud o Grooveshark, casi todos los demás a YouTube y los verdaderos amantes de la música, conscientes de que su afición por ella puede ayudar a generar más, regresan a escuchar y comprar por BandCamp, que beneficia y genera una relación directa con el artista. Quizá unos discos o hasta viniles más frecuente que ocasionalmente” nos comparte Luis Clériga promotor cultural y fundador de “Otoño en Hiroshima”.
Pero también habrá que dejar claros desde hoy que una plataforma NO hace a un artista o músico… fácilmente se olvida que el reconocimiento viene de tocar y ensayar sin cesar, y por supuesto de tener un equipo de profesionales para hacer relaciones públicas o management, al respecto Jonathan Villicaña de Terrícolas Imbéciles comenta: “Estamos en una época de transición, en la que están cambiando los formatos de consumo musical y como en los libros y el cine todo tiende a consumos alojados en la nube, desafortunadamente nos fijamos mucho en el pago de royalities pero nadie se fija que lo que realmente importa es el trabajo de medios y PR para que la gente pueda conocer tu música sin importar en que plataforma este alojada, puedes ser la mejor banda del mundo pero si nadie te conoce ¿de qué sirve que tu música esté en todas las plataformas?”.
Alegando que TIDAL es el servicio que rescatará y dignificará a los artistas, tal vez no se refieran a todos porque para algunos músicos y artistas independientes, en pleno 2015, el streaming no representa ningún ingreso o siquiera un interés para usarlo como plataforma y tampoco se supo de un plan para apoyar artistas emergentes por parte de TIDAL, más bien quedó evidente en hacer súper ricos a los más ricos.
Nos platica Gastón Espinosa, mente detrás del proyecto LNG/SHT entre algunos otros: “En lo personal creo en regalar mi música. Quizás no tengo el cinismo de ponerle candado a mi trabajo cuando yo no pago por el del 90% que escucho (eso va para la tele y cine también). Si alguien quiere tu trabajo lo va conseguir gratis de todas formas así que al menos prefiero traerlo a mi sitio web y que se entere de una fecha en su ciudad o que compre merch. No soy fan del cassette ni del cd y creo que más del 75% de gente que compra estos formatos es por amor a la banda o a la memorabilia y en lo personal no me interesa traer más basura al mundo. Y digo basura porque el contenido va a terminar dentro de un reproductor de mp3 y su soporte acumulando polvo en un buró. Eso sí, el infierno se va a congelar antes de que pague gustoso por un mp3 y por ende… no, no me interesa TIDAL”.
TIDAL afirma tener 25 millones de tracks y 75,000 videos, ambos formatos en “la mejor calidad en el mercado” y sin la oportunidad de usar el servicio de forma gratuita (solo dos semanas de prueba), para que este proyecto funcione necesitarán de todos los seguidores de sus socios para que prueben la plataforma desde ya.
Muy importante, cada quien tendrá sus métodos de escuchar música, pero además de usar TIDAL, Spotify, Deezer o lo que sea, tener un reproductor de calidad supera cualquier formato -eso incluye audífonos de primera y no los que trae tu teléfono-. Invertir en equipo deberá seguir siendo esencial, pero sobre todo invertir en tus artistas y músicos favoritos es lo que sacará a flote a esta industria y hará que funcione como negocio.
Sobre esta supuesta calidad superior del audio, nos platica Abraham López manager de Caloncho, Technicolor Fabrics y Porter: “No sé que tanto valor le de el consumidor final a la calidad de la música. Hoy en día poca gente escucha música en equipos que realmente aseguren la calidad de audio, además de que cobran un precio más alto por este servicio. Considero que esta no será una ventaja crítica pero sí será del gusto de unos cuantos melómanos exigentes”.
Sobre el cuestionable modelo de negocio, agrega: “Al ser presumiblemente controlada por músicos, habrá que conocer las ventajas que ofrecen en la manera de distribuir el negocio con los músicos que integran el catálogo. También es de cuestionarse el hecho de que este servicio no será gratuito. Cosa que como músico apoyo, pero será complicado cobrar por algo que la gente hoy ya encuentra gratis en otros lados. Revertir el proceso de gratis a cobrado es muy difícil de consolidar.
En estos tiempos pocos lograrán quedarse en el trono de los servicios digitales, ojalá ganen aquellos que sean más justos para la industria sin dejar de lado los nuevos hábitos de consumo por parte de los consumidores modernos”.
El tiempo dictaminará cómo se acomodan todos los elementos involucrados en el consumo de la música y a nosotros solos nos queda consumirla con responsabilidad y conciencia todos los días.
“Tidal? Spotify? Bitch, please, we collect records”, Arturo Uriza de Discofrenia