Fue hace un par de años cuando los hermanos Alonso y Chema Arreola, se unieron al escritor y poeta de raíces indígenas Mardonio Carballo, para realizar un interesante concepto que mezclara el rock experimental con el náhuatl, bautizado como Arreola + Carballo.
Rebasando todas las expectativas y gracias a la difusión boca a boca, el trío se presentó en SXSW para después dar el gran salto y llegar al viejo continente, siendo una de las cartas fuertes en el circuito de festivales europeos, colocando el nombre de México muy en alto.
El próximo 22 de noviembre, Arreola + Carballo darán otro importante paso, presentando su álbum debut “Las Horas Perdidas” en el Museo del Chopo, motivo por el cual Chema Arreola platicó con WARP y explicó detalladamente este interesante proyecto audiovisual.
¿Cómo nace el proyecto Arreola + Carballo?
El proyecto nace por iniciativa de mi hermano Alonso, él hizo una serie de discos hace unos años y en uno de ellos invitó a Mardonio y le gustó mucho colaborar con él y teníamos ganas de hacer algo juntos, así fue como empezó la historia, Alonso me lo propuso porque Mardonio es un gran poeta y sobre todo por el náhuatl, que es una lengua hermosísima, nos gustaba utilizarla o sentirla como un instrumento más.
El origen del proyecto es básicamente tres amigos que queríamos hacer algo diferente, incluso con nuestros instrumentos… De hecho podríamos decir que la historia del disco fue al revés, sin tener disco ni nada logramos ir a SXSW, allá lo debutamos y desde entonces empezamos a afinar el proyecto y a tocar fuera de México, pero todo esto se presentó sin tener un disco, todo esto se había presentado a partir del boca a boca.
¿Cuál es el concepto detrás de este álbum debut “Las Horas Perdidas”?
Decidimos llamar al disco “Las Horas Perdidas”, el cuál también es un libro, un diario de viaje. Mucha de esta poesía está hecha a partir de la sensación de esos momentos de los dos sexenios anteriores en México, de esta guerra cruentísima y roja que arrojó tantos muertos, nosotros estábamos impregnados sobre esas emociones y el disco habla de eso, de gente que desapareció, de rupturas, de un México de sombras, aunque claro, también tiene momentos de luz y de baile.
Aparece en un momento toral, llevamos semanas de un luto espantoso y tremendo, de los desaparecidos, los 43, es un disco que tiene una postura al respecto.
¿Qué tipo de postura? ¿De izquierda?
No, no, no, eso es muy importante señalarlo, es una postura desde el lado de nuestra visión artística del México que vemos, gracias a los visuales de Rogelio Aguilar, las presentaciones se convierten en un happening musical, desde luego su contenido es este y puede ser muy duro. No quiero que se torne como que de repente levantamos una bandera y ya, no está hecho del lado panfletario.
Por lo general, el público mexicano peca de no ser tan flexible con la música cuando escuchamos algo nuevo, con este concepto que tienen ¿cuál es la diferencia de tocar en México a tocar en países de Europa u otras partes del mundo?
Creo que aquí, como en muchas otras cosas reaccionamos de manera un poco… la palabra no la quiero utilizar, pero como miedosa, un poco dispersa o nos da miedo, o no queremos involucrarnos, no lo sé. En otros lugares la gente responde de inmediato, responde de maneras muy diferentes pero muy intensas. Observan desde una perspectiva de mucho respeto, intentando entender, aquí nos falta acostumbrarnos a actos performáticos, enfrentarse a una situación más teatral.
Tanto tú como tu hermano llevan ya muchos años de trayectoria en la música ¿cómo observas la música en este momento, a diferencia de cuando empezabas a tocar?
Hay un abismo total, hay una diferencia enorme, yo soy de una generación que cuando empezó a tocar estaba más preocupada por ser más efectiva en su instrumento, por ejemplo en términos de la velocidad.
Veo ahora un mayor énfasis en el sonido y el diseño de audio, veo un avanzo notable en ese sentido, pero también veo cosas no tan chidas.
Me parece que algo que está faltando son canciones, la gente siempre se va a enganchar a una buena canción, lo que veo es una ausencia de la sustancia, hay mucha oferta, muchas bandas que estas sonando muy efectivo, pero les está faltando la lírica, la esencia, mejores letras.
¿Cuál es la meta de Arreola + Carballo?
La meta es detonar una bomba sobre el escenario, una perspectiva sonora, Arreola + Carballo es necesario en esa lógica y para nosotros representa esta liberación entre la rítmica de la palabra y la rítmica neurótica de tantos años entre Alonso y yo.
Entrevista: @J_Ismael_ Canales