Solamente he estado en Chile una vez y ni siquiera lo considero algo real porque se trató de una escala en el aeropuerto, podría parecer fuera de lugar este comentario pero sobrevolar los Andes nevados (recién entraba el invierno) y ver la costa de Viña del Mar desde esta perspectiva me hizo sentirme totalmente conectada con las canciones de músicos de esa localidad que en aquel entonces vagaban en mi iPod.
Prometí regresar en algún momento y no lo he hecho pero sí me dediqué a buscar música que me hiciera sentirme como en esas horas de vuelo. Podríamos pensar que bandas como Protistas son parte de un movimiento de músicos independientes como el que vivimos en México a principios de la década de los 2000 pero no es así, para los artistas de esta corriente no es más que una casualidad o al menos eso me dijo alguna vez en una entrevista uno de los integrantes de Ases Falsos, sus contemporáneos y compañeros de disquera.
En su tercer álbum, Protistas logra retratar distintas facetas de un personaje cualquiera (uno que hasta podríamos ser nosotros mismos) y su entorno, más que canciones armaron mini cuentos muy sencillos musicalizados con melodías que se quedan en el límite una psicodelia aceptable, melodías que se derriten en los oídos.
‘Vigilia’ es básicamente prepararnos para el amanecer, el sonido de la guitarra nos prepara para un despertar dulce o para descansar después de una noche que quisiéramos fuera infinita y su complemento lleva el nombre de ‘En mis genes’.
El disco está bien balanceado entre psicodelia y episodios un poco más rockeros como es el caso de ‘Florecimiento’ y ‘Nefertiti’ en donde dan muestra de que pueden soltar riffs un poco más elaborados y con más potencia [algo así como unos Silversun Pickups tirándole más al garage].
‘Función y guía’ es el experimento sonoro que sinceramente no esperaba: lo-fi que tal vez nació en un cuarto de ensayo al que decidieron no hacerle demasiados arreglos, una canción de aire misterioso y sonido shoegazer que se lleva muy bien con la voz.
“Nefertiti” es un buen intento en la corta pero firme carrera de Protistas, quienes aquí demuestran que han logrado definir muy buen su sonido y, principalmente, su concepto y que, aunque tengan ciertos elementos que los identifiquen como “banda chilena” podrían explorar más para lograr algo aún mejor.