Review – “Lullaby and… The Ceaseless Roar”

Calificación

8.3

Robert Plant

Nonesuch/Warner Bros. Records

// Por: J. Ismael Canales

lun 8 septiembre, 2014

Artista: Robert Plant

Hablar de Robert Plant es hablar de una de las voces más privilegiadas e icónicas en la historia no sólo del rock, sino de la música en general.

Gracias a poderosos agudos y una voz que podía moverse entre distintas escalas pentatónicas, Plant ayudó a dotar de un sonido característico a Led Zeppelin, sonido que hasta la fecha nadie ha logrado igualar.

Cuando la historia de Zeppelin concluyó, Plant tomó el rumbo como solista, iniciando con álbumes donde la guitarra era la protagonista, con temas que nos recordaban mucho a la etapa Zeppelin.

Sin embargo Plant no se encasilló en un solo género y experimentó interpretando temas más dirigidos hacia un sonido pop, lanzó un proyecto con la leyenda femenina del bluegrass Alison Krauss y ha renovado su sonido con cada nueva producción.

Robert Plant está de regreso, cuatro años después de editar “Band Of Joy”, álbum con un sabor country aderezado con fuertes guitarras, el ex frontman de Led Zeppelin da un giro de 180 grados a su sonido y nos presenta un álbum inspirado en los sonidos de finales de los sesenta e inicio de los setenta, un álbum con un espíritu hippie.

La rareza y particularidad de este material se presenta desde las primeras notas de ‘Little Maggie’, donde un tehardent hace su aparición y nos recuerda la música de manufactura hindú, con percusiones a base de yembes y bendirs, y una voz con una ligera distorsión onírica, resultando en un tema mezcla del medio oriente y mitad el sonido hippie de los sesenta y setentas, espíritu que podemos encontrar a lo largo de las 11 pistas del disco.

A pesar de conservar la misma base, esta placa no se cae en ningún momento, Plant supo ordenar los temas de manera inteligente y utilizó dos de ellos, con un sonido más eléctrico y roquero, para enlazar el álbum. ‘Turn It Up’ y ‘Somebody There’, son temas que nos recuerdan a la legendaria ex banda del británico, la primera con audaces riffs de guitarra y la segunda una power ballad donde unas guitarras acústicas y eléctricas se unen en un ritmo lento, dando como resultado una emotiva canción.

Si quisiéramos resumir el sonido de esta placa, tendríamos que dirigirnos al último tema, ‘Arbaden (Maggie’s Baby)’, pista que condensa en poco menos de tres minutos el estilo musical de todo el álbum, comenzando con una sutil y casi imperceptible secuencia electrónica de una caja de ritmo y sintetizador, donde se agrega una línea vocal árabe y una guitarra con un riff en bend up, conjuntando así todos los elementos que encontramos en este polifacético y orgánico álbum de Robert Plant.

“Lullaby And… The Ceaseless Roar” es un álbum que nos hipnotiza poco a poco y nos va conduciendo a un viaje en el tiempo, a la época del amor y paz, a un instante en la historia donde la música era orgánica y curativa.

Las flautas, las percusiones a veces muy africanas y otras latinoamericanas, se unen a una voz modulada y tranquila de Plant y al uso de instrumentos hindúes poco convencionales, para crear una placa memorable, un combo de tracks que suenan como un ritual hippie de amor, sin olvidar el toque moderno que ofrecen unos muy sutiles sintetizadores y cajas de ritmo.

“Lullaby And… The Ceaseless Roar” es un gran álbum, con el que Plant nos demuestra que no es necesario saturar el campo auditivo con elementos electrónicos para crear un álbum que suene fresco y lleno de vida.