El segundo día se caracterizó por la abundancia de mensajes políticos, ya fuesen en contra del gobierno, el maltrato de género, o las corridas de toros. En un país con tantos problemas sociales y con las dos tarimas principales presentando un cartel en el que predominaban el punk y los sonidos jamaiquinos, respectivamente, era de esperarse.
Así, en el escenario plaza, Polikarpa y sus Viciosas e I.R.A dejaron claro que no van a cerrar su boca frente a las injusticias. Una banda que llamó la atención por su propuesta retro fue Salidos de la Cripta, quienes exhumaron los restos de géneros enterrados bajo tierra como el rockabilly y el rocanrol y les dieron nueva vida mezclándolos con punk y psychobilly (aunque parezca una redundancia, mezclar estos géneros, no lo es). Con el avance de la tarde la vieja escuela fue dando paso al hardcore. The Casualties, con sus altas crestas, y el acento neoyorquino-ecuatoriano de su frontman, Jorge Herrera, hicieron poguear y reír a los asistentes, a quienes llamó “paisanos”. Los locales The Tryout, aunque poco ovacionados, tocaron ante un enorme público que se preparaba para ver Pro-Pain, quienes nos trasladaron a un ambiente más Crossover/Groove, sin perder el espíritu hardcorero. Del sagrado, la siguiente banda, llamó la atención uno de sus vocalistas: un niño con una potente voz. Más adelante una de las bandas más queridas del festival, La Pestilencia, tocaría temas como “Mentiras” y “Nada me Obliga” que el público de Rock al Parque está acostumbrado a gritar. Lamentablemente nos quedamos con las ganas de escuchar temas más clásicos de la banda, que al parecer no podían ser interpretados por problemas legales, según explicó con tristeza Dilson Díaz, líder de la banda. El cierre con Soulfly, generó innumerables circle pits, incluido uno en la normalmente calmada zona de prensa. La banda liderada por Max Cavalera tocó temas propios y de Sepultura, lo cual fue muy bien recibido por la audiencia.
Mientras, en Bio, las consignas políticas se hacían sentir con Nawal. La programación de esta tarima seguiría recibiendo grupos de distintas vertientes de la música jamaiquina. Destacaron los sonidos isleños de Job Saas & the Heart Beat, la música casi atmosférica de Sly & Robbie and the Taxi Gang y la fusión de Skampida y los legendarios Fishbone, ambas, presentaciones con una poderosa puesta en escena. La banda Alerta Kamarada sorprendió a los asistentes cuando Lee “Scrath” Perry se subió al escenario a acompañar su presentación, este último permaneció allí para recibir a Mad Professor. El cierre de la tarima le permitió ver a los bogotanos a las dos grandes leyendas del dub tocando juntas.
El tercer escenario contrastaba con los otros dos ya que se veían propuestas más experimentales o basadas en al tradición musical nacional; el común denominador de todas: baile y fiesta. Temprano en la tarde, la cumbia psicodélica de Meridian Brothers puso a bailar y a viajar incluso a los sorprendidos metaleros que se encontraban en el escenario. Más adelante, Muchachito Bombo infierno, la única invitada del antiguo continente para esta versión, presentaría su propuesta, afín a las bandas nacionales de esta tarima en tanto se basaba en la música tradicional de su país, España. Más adelante Flora Canibal y Sidestepper, continuaron con la parranda. Frikstailers de Argentina y El Freaky pondrían la cuota Dj del Festival (todavía novedoso y hasta polémico dentro del contexto del festival). Los americanos Outernational sorprendieron con su propuesta y ChocQuibTown cerró el escenario como ya lo había hecho en plaza hace tres años: Poniendo a bailar a todo el mundo.