Mejor locación no podía haber, el Centro Histórico de la ciudad de México y el Fru Fru, aquel teatro inundado de detalles —ahora considerados kitsch— denota que su propietaria fue Irma Serrano, conocida como La Tigresa. El lugar estaba más que puesto, solo faltaban que la música de Ariel Pink’s Haunted Graffiti se convirtiera en el aderezo perfecto.
Los evidentes retrasos en los horarios fue la primera molestia de la noche, pero aún así la gente fue paciente y decidió disfrutar antes que quejarse. Para las 20:45 horas comenzaron a sonar temas como ‘No Longer Fun’ con el que Rey Pila intentó amenizar el momento con todo y la rechifla y los insultos que parte del público les profirió.
Para la medianoche la batería anunció la presencia de Ariel Pink y su Haunted Graffiti, estos últimos fueron quienes demostraron fuerza y talento desde el primer momento ya que su vocalista optó por dar la espalda al público desde el inicio. El terrible sonido impidió que algunos identificáremos con rapidez los temas, pero eso no fue lo peor, ya que llegó un momento en el que el muy desgastado Ariel Pink abandonó a su banda en plena actuación.
Lo sorprendente fue que estos talentosos músicos prosiguieron sin inmutarse para que el berrinchudo (no podría calificarlo de otra manera) Pink decidiera regresar para “compensarnos” con ‘Bright Lit Blues Skies’ tema que todos corearon para seguir con la dulzura de ‘Can’t Hear My Eyes’. Uno de los momentos a destacar corrió a cargo de la pegajosa ‘Fright Night (Nevermore)’ con la que ligeros movimientos se posesionaron de toda la audiencia.
El evidente mal estado de Ariel Pink fue la más grande molestia quien no nos permitió disfrutar de temas como ‘Round And Round’, ya que se dedicó a golpearse la cabeza con el micrófono a la menor provocación, comportamiento que justificó diciendo: “lamento mi mala actitud pero es una condición mental”.
Jamás esperamos que ‘Menopause Man’ y ‘L’estat (Acc. To The Widow’s Maid)’ fueran el anuncio del final de un show tan accidentado y breve que, para algunos, fue gracioso. Definitivamente yo no creo que faltarle al respeto al público que paga por un boleto de dicha manera lo sea.