Fuck Yeah Festival! #WARPenFYFfest

// Por: Staff

vie 30 agosto, 2013

fyf qasphoto_2No es un festival nuevo. El pasado fin de semana del 24 y 25 de agosto, se llevó a cabo en su edición número 10 en el centro de Los Angeles (L.A. Historic State Park), sin contar que en 2008, el concepto salió de gira por 25 ciudades en Estados Unidos, con 28 shows en 27 días, donde por cierto el dueño, perdió dinero una vez más.

Sean Carlson de 28 años es ese dueño y jamás imaginó en el año 2004 (a los 18 años) que ese primer concierto bajo el nombre “Fuck Yeah Festival” en el club Echo en la renovada y puesta de moda zona de Echo Park en L.A. se transformaría algún día en un proyecto tan grande y viable como para haber recibido a 30 mil personas en su más reciente edición con nombres en el cartel como Yeah Yeah Yeahs, My Bloody Valentine, TV On The Radio y MGMT, que si bien no son siempre headliners en un festival más grande estilo ACL o Lollapalooza, son lo suficiente para un evento que antes solo tenía proyectos independientes locales de punk rock y hardcore.

A las ganas de querer hacer algo honesto y correspondiente a una ciudad con una personalidad tan definida como L.A., debemos sumar a la ecuación a Goldenvoice, la empresa promotora que hace Coachella, el festival icónico de la zona, dirigido por el siempre meticuloso y celoso Paul Tollett, que se ha entendido tan bien con Sean, que después de darle estructura en las últimas tres ediciones, ha dejado que el espíritu del FYF dependa solo de Carlson y de nadie más. Y aunque muchos piensan que le compraron en festival, en realidad solo están asociados.

La experiencia de visitar DTLA (Downtown L.A.) y recorrer parte de Chinatown para ingresar al festival es muy distinta y sencilla a la de otros festivales dentro de otras ciudades. El acceso es fácil, cómodo y sobretodo muy relajado. Se siente una suerte de estructura estilo Coachella en la base, pero con un nivel de desorganización controlada, de caos conservado y hasta algo de esencia punk en el ambiente. La diversidad del cartel 2013 estuvo tan bien lograda que Solange convivió con el poder de The Melvins a unos metros de distancia y Death Grips con Simian Mobile Disco sin que los sonidos se enfrentaran.

Y aunque el parque tiene buen tamaño, caminar de un escenario a otro, incluso del más lejano al del otro extremo (son cuatro en línea) no toma más que algunos minutos que además se hacen entretenidos con los personajes que desfilan. Comida orgánica, libre de gluten, filas decentes, buenos servicios y escenarios bien montados y con buen audio en general. A un lado del parque, un fragmento de la ciudad con algunos viejos edificios / bodegas de la zona y del otro, el Metro que de vez en cuando decora el stage de algún artista, que no podría encontrar mejor “animación” que varios vagones reales de tren desfilando a sus espaldas a toda velocidad. Los escenarios que primero albergan actos de comedia y luego musicales (en el primer año recibieron a Zach Galifianakis antes de que fuera el ícono que es hoy), este año fueron bautizados con nombres de mujeres y han visto etapas muy divertidas en otras ediciones, como cuando tenían los cuatro nombres de las Tortugas Ninja el año pasado.

Por mucho es uno de los festivales más honestos a los que he asistido en mi vida. Desde que descubrí la esencia Glastonbury y conocí la historia de Coachella, no me había topado con un proyecto que buscara hacer las cosas por las razones correctas a como de lugar. Sean Carlson no sabe si su evento durará muchos años o va a ganar o perder dinero en las siguientes ediciones o conciertos independientes presentados por la marca actual (FYF Fest), pero sí conoce muy bien lo mucho que cuesta mantenerlo, lo difícil que es perder y deber dinero y también lo increíble que es levantarse y seguir adelante con algo que realmente amas en la vida. Ahora ya entiendo porque le puso “Fuck Yeah Festival”.

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