Cada festival viene con una dosis de dicha y cierta adrenalina, estas se pueden sentir y disfrutar durante los primeros dos días del evento. El tercer día es diferente, viene con una carga emocional de otro tipo, algo más cercano a la nostalgia, rayando prácticamente en la tristeza. Algunos lo llaman “depresión post festival”, algo que se manifiesta durante las primeras horas de este día y que conforme las horas avanzan se va acentuando, hasta desatarse durante la actuación del último headliner.
Las cosas no fueron diferentes este domingo en Outside Lands. El festival que tan afectuosamente nos recibió hace apenas un par de días llegó a su fin, pero antes de que las luces del Golden Gate Park se extinguieran tuvimos una dosis final de música.
Primero Daryl Hall & John Oates nos llevaron a un viaje a través de los 70 y 80. Con éxitos como ‘I Can’t Go For That (No Can Do)’ y ‘Maneater’ los multipremiados músicos ambientaron un almuerzo masivo en el campo frente al escenario principal, ya que al parecer su pop rock causó hambre a la mayoría de los presentes.
En el Twin Peaks, A-Trak dio inicio a la celebración final del día. El canadiense Alain Macklovitch ofreció un set lleno de sorpresas musicales pero sobre todo dejó en claro que sus habilidades como productor y remixer están fuera de lo común. Sin duda, Canadá nos entregará más músicos que destaquen en este género en los próximos años.
En el escenario principal, Vampire Weekend se afianzaba como uno de los actos indispensables en los festivales de todo el mundo. ‘Cousins’ fue el tema elegido por Ezra Koenig y compañía para iniciar su show, transportando a los pocos minutos a miles a la playa. Uno de los grandes momentos de la tarde vino cuando Rostam Batmanglij incitó al público a cantar junto con él una tonada que, tras unos segundos, se convirtió en ‘Horchata’.
Panhandle fue el escenario que recibió a MS MR, la dupla dream pop que está dando de qué hablar. Y aunque el espacio otorgado fue modesto, también fue bien aprovechado por Lizzy Plapinger y Max Hershenow, ya que ambos músicos ofrecieron un show sobrio pero lleno de energía, incluso los curiosos que pasaban frente al pequeño escenario se detenía para poner atención al sonido de los neoyorkinos.
Willie Nelson se hizo presente poco antes de que la noche llegara a San Francisco, miles esperaban a la leyenda del country para celebrar su carrera y, de paso, escuchar temas clásicos que prácticamente son de dominio popular. ‘Whiskey River’ y ‘Crazy’ fueron algunos de los cortes que hicieron que varias generaciones se reunieran junto con el músico de 80 años, y al final miles bailaron al ritmo de su guitarra.
Red Hot Chili Peppers fueron los elegidos para cerrar la noche y el festival, y aunque la banda ha estado de gira durante más de un año, en el cual han ejecutado básicamente el mismo set –salvo por algunas variantes-, sigue siendo increíble la reacción de la gente frente a su funk rock. Los Peppers son una de esas bandas de las que te puede o no gustar su música, pero les tienes que reconocer su talento y poder. Al final los sonidos de Anthony Kiedis, Chad Smith, Josh Klinghoffer y, claro, Flea resultaron el marco perfecto para cerrar una edición más de Outside Lands.
Con tristeza y un pequeño nudo en la garganta nos alejamos del Golden Gate Park. Con las luces extinguiéndose y la neblina besando el pasto, nos damos cuenta de que es hora de partir, pero no nos despedimos del todo, simplemente es un “hasta luego” a San Francisco, sabemos que 2014 nos verá volver.