Quien le haga un buen cover a Juan Gabriel tiene mi profundo respecto. Tal vez seguirá sin gustarme Carla Morrison, pero luego de esta noche —definitivamente su noche— logró consolidarse como una nueva vocera/heroína femenina que sin problema alguno puede irse del pop al rock de un solo paso.
El Plaza la recibió completamente lleno de exclamaciones, gritos, declaraciones de amor, aplausos, un lleno total y un ambiente que pocos habíamos tenido la oportunidad de experimentar en dicho sitio. ‘Apagué mi corazón’ fue el primer tema que no se dejó opacar por ningún grito ensordecedor, Torreblanca estaría a su lado durante todo la presentación, al igual que María Emilia y Sol Pereyra.
Los largos flecos de colgaban de las mangas de su vestido jamás le estorbaron para agarrar la guitarra y tocar temas como ‘Falta de respeto’ en la que comenzó a mostrar destellos de su voz para luego agradecer a todos los presentes previniendo que se trataría “de un show muy especial”.
‘Tu manera de querer’ dejó que —literalmente— el lenguaje corporal fluyera, que los brazos de la cantante se movieran ligeros mientras, paradójicamente, unos rayos se proyectaran sobre ella y un tambor nos hiciera sentirnos en una verdadera tormenta.
“Esta canción que sigue habla de la libertad; todos somos libres de decir lo que queremos a los que queremos”
Afirmó para prepararnos para ‘Pajarito de amor’ en la que el público parecía sufrir en cada palabra, más cuando decidió simplemente hacerse acompañar por su voz y su guitarra acústica.
Uno de los primeros momentos importantes corrió a cargo de ‘Eres tú’, una luz azul cubrió el escenario, vistió a todos del mismo color y permitió un breve solo de guitarra que causó admiración. Aunque los verdaderos episodios memorables [si es que algo puede serlo aún más que el concierto mismo] se los llevó ‘Esta soledad’ y ‘Déjenme llorar’, en la primera no necesitó cantar… la gente lo hizo en automático.
‘Me puede’ fue el momento folk, ‘Duele’ el pretexto para que los novios se abrazaran y para que las cuerdas se lucieran mientras que con ‘Olvidé’ recibiera a Leonel García y calificara a ‘Hasta la piel’ como “un llamado a la paz” haciendo énfasis en la importancia del voto y declarándose “132”.
“Este primero de julio vamos a cambiar al mundo, no más gobernantes manipulados”, dijo.
El encore parecía lo normal… dos o tres canciones más y la despedida definitiva. La gran sorpresa vino al cierre, cuando agradeció el hecho de “ayudarme a pagar mi renta” mientras hablaba de otra sorpresa, “un cover muy especial que hicimos entre todos” para, de la nada, soltar un homenaje a Juan Gabriel con ‘Yo no nací para amar’ en una versión hecha totalmente a la medida.
Tal vez Carla Morrison siga sin gustarme pero lo que se debe valorar es su talento sobre el escenario, esa capacidad que tiene de adueñarse de imágenes comunes, de llevar —no solo a las mujeres— a estados en los que todos hemos estado en algún momento y de armarse de un excelente equipo de músicos quienes también están plasmados en esas notas.
Otra cosita… dice que ahora se va por un Pepsi Center.
Setlist
Encore