Con su más reciente obra MCR nos presenta “Danger Days: The True Lives of Fabulous Killjoys”, un disco conceptual al igual que su predecesor la ambiciosísima opera rock The Black Parade. En esta historia protagoniza The Fabulous Killjoy, el alterego de los integrantes de la banda, una pandilla de forajidos quienes corren coches en una futurística y post apocalíptica California huyendo del tipo de villano que bien podemos esperar de una historia sci-fi de este corte.
El disco comienza con una radio transmisión emitida por el Dr. Death Defyning un DJ pirata que está del lado de nuestros anti héroes y funciona por momentos como narrador de la historia. Este perfecto intro continúa sin permitirnos un respiro con ‘Na Na Na’ primer sencillo y una de las mejores y más energéticas canciones hechas por MCR, la inmediatez entre ambos tracks hace sentir al escucha que está codo con codo y a toda velocidad junto a los hermanos Way y el resto de la banda hecho que resulta decepcionante y vergonzoso al finalizar y ser transportado de vuelta a la triste realidad: estás sentado en tu sala con los audífonos puestos y tu única opción parece ser escuchar lo que queda del LP deseando encontrarte de nuevo con esa sensación de aventura y peligro. Otras canciones tales como ‘Bullet Proof Heart’ nos muestran una menor urgencia en la ejecución de los instrumentos complementada con el uso de sintetizadores, secuencias y efectos en la voz de Gerard Way creando un mood totalmente contrario al de las anteriores.
Durante la primera mitad “Danger Days” coquetea con ambos contrastes al grado que uno cree saber cómo va a terminar a lo que tenemos que agradecer por ‘DESTROYA’ una canción que rompe totalmente con este esquema comenzando con un incesante juego entre percusiones y rápidas guitarras algo sin duda nunca antes visto en el repertorio de estos músicos de Nueva Jersey. Para cerrar con broche de oro, MCR explotá con ‘Vampire Money’ tema en el que se muestra una fuertísima influencia de garage setentero dejándote satisfecho, emocionado y con la sensación de que en lugar de escuchar un disco acabas de terminar de ver una película; una que sin dudarlo volverías a ver ante la oportunidad.
¿Qué te espera? La inmaculada producción de Rob Cavallo, letras creativas, originales y con demasiadas referencias a otros temas clásicos, melodías pegajosas, constantes hooks y solos de guitarra cortesía de Ray Toro a los que llamar de cualquier manera distinta a “facemelter” parece insultante.