“Diez años para venir a México es una locura”, le dijo Adam Olenius al público, recordando que en toda la carrera de su banda Shout Out Louds, era la primera vez que se presentaba en el país.
Y es que veinte minutos antes de la hora pactada para el concierto, parecía que todo iba a ser un fracaso, ya que en el lugar sólo había cerca de 100 personas, la mayoría de ellos agazapados en la barra que separa al público del escenario, algunos más dispersos en la pista y un par más en la parte de arriba.
El grupo arribó 15 minutos tarde, dando espacio a que llegara más gente, y al momento de comenzar el lugar estaba a la mitad de su capacidad. Una enorme pancarta con el nombre de la banda era lo único que adornaba el escenario al momento que los cinco integrantes de Shout Out Louds comenzaron con ‘Sugar’.
Un juego de luces nos hacía ver a la banda en diferentes colores, mientras el público más que bailar, cantaba las canciones del grupo sueco y levantaba las manos. “Este es el último show de nuestra gira y es grandioso”, mencionaba la banda a la audiencia, al tiempo que les agradecían por sus aplausos y ovaciones al término de casi todas las 16 canciones que interpretaron.
Prácticamente no hacían pausa entre cada tema y cambiaban partes de las letras de sus canciones para agregarles un “Mexico City”, además la gente siguió llegando al lugar, incluso cuando el concierto ya llevaba más de media hora de iniciar. Continuaron con temas de sus cuatro discos de estudio, y hasta se dieron tiempo de mezclar ‘Very Loud’ con ‘Train In Vain’ de The Clash.
Luego de su encore, regresaron con tres temas más; Adam, el vocalista, incluso se dio tiempo de bajar y cantar junto al público, para despedirse lanzando besos y prometiendo regresar a México lo más pronto posible, y entonces lo que en un principio parecía que iba a ser un concierto sin pena ni gloria, terminó siendo una enorme fiesta, la mejor manera de terminar una gira.