Ha concluido la edición 2012 de Corona Capital y con él surgen muchos aprendizajes y comentarios. Pensando en cómo redactar esta editorial y vincularla a la experiencia del festival, aprovecho que DJ Shadow fue el artista que dio cierre al mismo y que éste participó hace unos años en un disco titulado “The Ultimate Lessons”, junto a otro DJ, Cut Chemist de Jurassic 5 y Ozomatli. Dicho disco fue cierto tipo de homenaje a un mashup creado a principio de los ochenta por Double Dee & Steinski, llamado “The Payoff Mix” o “Lesson 1”, y que me puso a pensar: Qué es un festival sino un mashup de artistas de diversos contextos, concentrados en un mismo espacio para el entretenimiento del público.
Por esta razón, aquí presento seis “lecciones”, o más bien, “mitos derribados” que creo importante mencionar como parte de lo aprendido en Corona Capital. Ya en una ocasión anterior hice algo similar con respecto a Vive Latino y sin duda puedo afirmar que ambos festivales tienen un nivel internacional indiscutible, cuestión que me da mucho gusto. Sin embargo, también me surgieron preocupaciones, como el hecho de que varios artistas internacionales del Corona no pudieron mencionar nombres de propuestas mexicanas, o el hecho de escuchar varios comentarios discriminatorios ante el contraste de la apariencia y “clase” de los asistentes, en comparación con otros espacios, cuestión que, efectivamente, no es musical, pero que no deja de ser importante. Finalmente, me decepcionaron algunas actitudes del público “nice”, entre ellas el ver el ya famoso “aguas” de un vaso con orines aventado al público (y que por suerte no me cayó a mí), o el enterarme de asaltos
y robos de celulares.
Sin duda falta MUCHO por hacer en la escena musical mexicana, tanto por
parte del público y los músicos como por parte de los promotores, pero me dio gusto identificar que los puntos a continuación son más mito que realidad.
Analizando la semblanza de las bandas y conversando con algunas de ellas, la realidad es que el tocar en un festival es sólo una parte de la promoción y no el fin último. Los músicos hoy día desarrollan estrategias de colocación de su música que van más allá de la venta de discos, y eso es algo que tienen que aprender las bandas locales. Es así que vimos a grupos como The Big Pink o Tegan and Sara que en entrevista hicieron bastante énfasis en la importancia de colocar sus canciones en series de televisión y películas, así como en la utilidad de colaborar con otros artistas para explorar vetas creativas y abrir su propuesta a nuevos públicos. Esto se está empezando a hacer de manera
más constante en México, pero todavía falta generar una infraestructura de promoción a nivel nacional e internacional, aún cuando tenemos ejemplos de artistas como Control Machete o el Instituto Mexicano del Sonido, que han aparecido en series de televisión y películas extranjeras.
Claro, nunca hay que dejar de pedir mejores propuestas, pero generalmente tendemos a minimizar las iniciativas que ocurren en el país. Lo interesante es que un comentario que surgió espontáneamente por parte de las bandas extranjeras fue que Corona Capital está al nivel de festivales internacionales como Coachella, Reading y Leeds, con el plus de tener un clima muy favorable y un público con una actitud muy positiva. Asimismo, se confirmó que
tanto Corona Capital como Vive Latino son dos festivales que están en la mira de artistas internacionales y que cada vez atraerán más la atención de la prensa extranjera, pues no es fortuito que en esta edición del Corona hubiera una mayor presencia de público de países no latinoamericanos y que los mismos artistas invitados se emocionaran de poder ver a ciertas bandas tocar.
Cuando se publicó el cartel del festival surgieron muchas críticas, sobre todo al compararlo con ediciones anteriores, ya que se sentía que el cartel no era lo suficientemente “fuerte”. Lo interesante fue asistir y apreciar la entrega del público desde el inicio del festival en cada escenario, e incluso ver momentos memorables como la presentación de Die Antwoord en el Bizco Club. La realidad es que los festivales son para eso, para cumplir caprichos que de otra forma no se podrían satisfacer, como el ver a bandas por las que tal vez no se pagaría un boleto completo, para descubrir nuevas propuestas, o simplemente para pasar un rato agradable. Lo que tenemos que aprender en México es que los festivales son para eso y aprovechar que si ya se pagó un boleto completo es mejor disfrutar la totalidad de la experiencia, en lugar de llegar ya entrada la tarde. Corona Capital lo demostró, pues desde las primeras presentaciones ya había bastantes asistentes coreando cada canción y entregándose en cada escenario.
Debo admitir que este es un tema que llamaba mi atención, ya que desde antes escuché varios comentarios de gente que decía: “¿Para qué veo a las bandas locales?, esas las puedo ver en cualquier momento”. Sin embargo, al ver presentaciones de grupos como Hello Seahorse!, Vicente Gayo y I Can Chase Dragons! se pudo apreciar que mucha gente estaba esperando con ansias ese momento y no que simplemente hacían tiempo para ver a otro conjunto. Sin duda la escena local está creciendo de manera sólida y las bandas locales tienen una buena base de seguidores. Lo que sí es preocupante es el desconocimiento de la escena local por parte de artistas internacionales, pues al preguntarles a varios músicos de otros países si conocían propuestas mexicanas la mayoría titubeaba y admitía que no podían mencionar alguna en particular; sin duda un foco rojo para los músicos mexicanos.
Este es un tema delicado, pues los fans de hueso colorado que asistieron a ver a varios headliners sin duda dirán que fue una experiencia única y me odiarán. Sin embargo, me encontré con muchas personas (más de las que me esperaba) que confesaron que bandas como Basement Jaxx o New Order les dejaron mucho que desear, incluso que se les hicieron aburridas y que
se tuvieron que ir. Hay un hecho tal vez no muy conocido de los festivales –y de cualquier presentación en la que tocan varias bandas–, a medida que avanza el cartel se empieza a “liberar” el sistema de sonido y de luces para que cada banda dé un mejor show y que las anteriores no opaquen a las principales (de ahí una mítica anécdota de cuando Caifanes le abrió a Rod Stewart en Guadalajara y el crew del músico británico decidió “abrirles” el sistema completo de luces y sonido. Pero así como tenemos que aprender a asistir y a vivir un festival, también tenemos que aprender a ser críticos cuando un músico (por cualquier motivo) no da lo mejor de sí. Por esta razón me da gusto escuchar este tipo de comentarios, pues el fanatismo ciego a los que nos visitan está disminuyendo, y eso, sin duda estimulará una mejor calidad en próximas presentaciones.
Este es un tema que se ha abordado con el equipo de WARP en varias ocasiones. La realidad es que sí, asistió muchísima gente y la iniciativa “no resultó”, pero creo importante aclarar varios puntos. La iniciativa no surgió como algo oficial de la Asamblea Interuniversitaria de #YoSoy132, sino que fue lanzada a discusión por parte de algunas asambleas locales y muy pronto se descartó, aunque lamentablemente nunca lo dejaron lo suficientemente
claro ante los medios. Sin embargo, en redes sociales se siguió difundiendo como forma de poner el dedo en la llaga con respecto al tema de un consumo crítico de los eventos culturales, y tal fue su impacto que a la fecha se sigue mencionando el tema. Hay que tener claro qué es un boicot: no se trata de hacer quebrar a una empresa, sino de que los consumidores se hagan presentes y sean escuchados. Finalmente, fue interesante ver que grupos como Vicente Gayo aprovecharon la plataforma del festival para difundir en las pantallas varios mensajes con respecto a la realidad social del país. Asimismo, fue gratificante platicar con gente como la chilena Francisca Valenzuela, quien reconoció la importancia de que los jóvenes se hagan escuchar y reconoció la labor de los mismos en México. Tenemos que aprender a exigir como consumidores, no para cerrar puertas y foros de expresión, sino para que la oferta sea justa y contemple las necesidades de los asistentes (como fue el caso de muchos aprendizajes por parte de Vive Latino).
En fin, hay muchos puntos importantes y mitos derribados como resultado de la conclusión de la edición 2012 del festival Corona Capital, y sin duda el crecimiento de estos festivales es gratificante, ya que se demuestra que se pueden hacer eventos de nivel internacional y que actualmente están atrayendo a públicos muy diversos. Bien por los organizadores, pero todavía falta mucho por hacer en cuanto a la escena musical alternativa en México, y depende de todos nosotros, como público, medios, promotores y músicos.