Fotografías de Mon de León
The Rasmus ha sido una de las bandas de rock con más presencia durante el siglo XXI en la escena del rock alternativo, no solo de Helsinski si no del área escandinava en general, y que, han ejercido una gran influencia en las bandas emergentes de este género durante los últimos 20 años, debido al alto impacto comercial que alcanzaron gracias a “In The Shadows”.
La emoción y el amor que los fans mexicanos le tienen a la banda es muy grande, se sentía una adrenalina especial minutos previos al concierto hasta que finalmente The Rasmus apareció en el escenario del Pepsi Center acompañados de una enorme manta con la simbología y tipografía de los finlandeses para abrir su concierto de una manera potente con la tercia de hits que son “First Day of My Life”, “Guilty” e “In My Life”, absolutamente coreadas por todos los fans entre saltos y gritos.
Lauri controlando el show con esa imagen icónica para todos con sus famosas plumas negras en el cabello aunque esta vez de manera más discreta en donde su delineado negro cobraba vida y su sonrisa entre canción y canción era la protagonista, sumando “No Fear”, “Paradise” y “Fireflies” para que el Pepsi Center se fuera llenando cada vez más de adrenalina por todos lados.
Un momento emotivo fue cuando el bajista Eero Heionen se tomó el tiempo para regalarle a sus fans unas palabras muy emotivas en donde casi se le salen las lágrimas, diciendo: “México, los amamos, han sido muy importantes en todo este tiempo y estar el día de hoy en este escenario después de nuestro primer show en 2004 en el Salón XXI, me conmueve muchísimo, creo que lo que nos une es el amor, el amor.”
Durante el concierto pudimos notar que habían muchos fans que los veían por primera vez y también muchas mamás que en su adolescencia los conocieron y el día de hoy comparten esa emoción y amor por The Rasmus pero ahora con sus hijos pequeños, muchos niños de entre 5 y 10 años se dieron cita también.
Y así llegamos al bloque acústico de la noche con canciones como “Still Standing”, “October And April” y “Sophia”, como es tradición en varios conciertos de The Rasmus para proyectar esa parte emotiva que también los caracteriza, para después volver a los instrumentos de toda la banda con “Rise”.
Si bien llegamos hasta aquí en donde se aproxima la parte final del show con “F-F-F-Falling” y la icónica “In The Shadows” que sigue resistiéndose a morir y en donde definitivamente es una canción que para muchos definió los éxitos pop de este nuevo siglo y sobre todo, los recuerdos, la niñez o la adolecía de muchos, creando así un vinculo muy grande con este clásico de la banda.
Y justo por todo eso necesitamos hablar de la genial Emilia “Emppu” Suhonen, quien reemplazó al guitarrista y miembro fundador Pauli Rantasalmi, quien se fue por motivos personales, y con lo demostrado anoche podemos decir que Emppu es increíble, es una gran guitarrista, sobre todo tiene presencia y dominio del escenario, es genial ver como ha encajado con la banda y que carga con gran peso del show sobre sus acordes y solos de guitarra.
The Rasmus es definitivamente música para todas las generaciones, se vivió anoche con papás, mamás, niños y uno que otro abuelo que acompaño a los más pequeños. Su show incluye canciones de todas las décadas de existencia de la banda, por lo que ningún fan sale a disgusto o extrañando alguna canción ausente, por que de verdad, los fans cantan on mucha pasión que es difícil no contagiarse. La banda se despidió con “Jezebel” y “Sail Away” entre las sombras escandinavas y el calor vivo del público mexicano.