Fotografías de Daniel Sánchez Trejo
Hay bandas que no nos damos cuenta de su inmortalidad hasta que las vemos en vivo, y entonces nos percatamos que todas sus canciones viven en nuestra memoria y hacen hervir nuestro corazón para dejarnos afónicos al cantar con el alma entregada a la noche.
Caifanes, con su excelente regreso a la ciudad monstruo, dejó claro en un Auditorio Nacional lleno, que su lugar en la historia del rock en español es innegable y se fueron con una corona de oliva, digna de los Dioses Ocultos que vibraron en dos horas y media de música.
Caifanes es de esos embajadores del rock en español de los 90´s que marcó a toda una generación, no solo por sus contundentes éxitos como “No dejes que” y “Debajo de tu piel”, sino por su estilo espiritual y enigmático, rompiendo siempre con el estereotipo del rockero rudo para dejar entrar un rock menos frontal.
Por eso, cuando anunciaron su regreso, en WARP, nos pusimos nuestras mejores ropas de chulo de la Guerrero ( en honor a Saúl Hernández) y apuntamos la fecha en nuestro calendario, este sería un evento, que, aunque discreto, era imperdible.
Llegamos a la cita y nos preguntamos qué tipo de set prepararían para su público capitalino. Empezaron a las 8:40 con un set íntimo emulando la estructura de un Unplugged, donde Saúl Hernández, Alfonso André y Diego Herrera inauguraron la noche con la versión acústica de “Viento” y “Antes de que nos Olviden”.
El concierto estuvo lleno de momentos de denuncia política, por ejemplo, cuando proyectaron el himno feminista de Vivir Quintana “Canción sin Miedo”, para denunciar la ola de feminicidios en el país, y que en palabras del vocalista Saúl Hernández, “ no nos cansaremos de denunciar esta situación, por que en el mundo necesitamos más hombres y menos machos”.
Otro momento político intenso de la noche, fue cuando dedicaron la canción “Para que Nadie te Haga Daño”, a todos los niños y niñas que estaban presentes, a modo de denuncia contra el militarismo de la actual administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, estas denuncias, fue acompañada de varios abucheos y comentarios a modo de burla de algunos asistentes.
Y fue en ese momento de rechazo de la audiencia que noté algo interesante, en el banda se tensó la energía, en cuestión de segundos pasamos de una gran fiesta de la nostalgia a un momento incómodo donde la banda no sabía reconectar con la audiencia, hasta que, como un gran brujo, Saúl, después de tocar dos canciones más, volvió a tomar el micrófono ahora para defender el derecho de la libertad de expresión.
Donde cuestionó la postura de quienes se molestan con aquellos que piensan diferente y de forma muy directa, le dijo a los asistentes que le pidieron que se callara, que “se vayan a chingar a su madre por que estoy en mi derecho de denunciar en mis foros lo que no me gusta de mi país”, y fue ahí que la audiencia volvió a conectarse con Caifanes y ese momento incómodo provocado por los más intolerantes del público, quedó como un ejemplo de que en México, somos libres para hablar, denunciar y hacer de nuestro arte un territorio de lucha.
La noche fue toda una pasarela de grandes éxitos, no hizo falta ninguna para complacer a los fans de los 90´s y las nuevas generaciones de escuchas que gritaron frenéticos cada coro con con canciones con letras espirituales envueltas del new wave azteca que destilan “Cuéntame tu Vida”, “Mátenme porque me Muero” y “Afuera”, esta ùltima dejando una huella imborrable en mi corazón ya que puedo decir que, por primera vez le entendí realmente a la frase “afuera tú no existes solo adentro”, en referencia a la estacionalidad de cuerpo y la inmortalidad del alma.
Para cerrar, no podìa falta el encore con el cover de Juan Gabriel “Te lo pido por favor” de la época de Jaguares, seguido de la “La Célula que Explota” y la “Negra Tomasa”.
Tal vez mucho podrán preguntarse para que ver a Caifanes, si su época ya fue o si ya están viejitos (siguen guapísimos) o si tocan las mismas rolitas, pero la verdad, es que Caifanes te lleva al cielo con su música, te da una cachetada de realidad con sus denuncias políticas y de regreso al cielo con sus hermosas canciones que, merecen ser escuchadas por las nuevas generaciones.
Caifanes es una vuelta al cielo, donde con su peine musical, nos desenredan cualquier sueño, que, enmarañado por el paso imperdonable de los años, quedara escondido en la gaveta del olvido, para volver a hacernos volar de gratitud frente a todo lo que hemos vivido, y cuyo aire de libertad siempre estuvo dentro de nosotros.
Benditos sean y muchas gracias.