Se llegó el día: el gran domingo está aquí y la expectación por el performance de Rihanna en el Show de Medio Tiempo es tan grande como saber quién se llevará el trofeo Vince Lombardi. Y es que, tras seis años fuera de los escenarios y un silencio absoluto, este Half Time Show es el gran regreso de la cantante de la Bahamas; sin embargo, dicho espacio, como puede catapultar carreras al mote de leyendas, también es capaz de llevarte a lo más profundo del escarnio público.
Y para muestra de ello, traemos para ti una de dos piezas en las que abordaremos la historia del Show de Medio Tiempo -desde que se instauró como gran espectáculo Pop- y hemos seleccionado los 5 peores Shows de Medio Tiempo de la historia:
Fue el primer Show de Medio Tiempo el nuevo milenio y del nuevo siglo, por lo que existía una obligación implícita por lograr algo espectacular. Probablemente no mucha gente lo recordará pero en aquella época todos los entretiempos del gran domingo tenían una temática y en aquella ocasión fue una celebración a las culturas del mundo titulado Tapestry of Nations.
Para ser justos, a nivel visual el show fue espectacular gracias a que Disney estuvo a cargo de la dirección creativa del evento y tomaron varias de sus películas como punto de partida: Fantasy 2000 (1999), Tarzán (1999) y The Lion King (1994), lo que le dio un perfil visual muy vistoso y maximalista: sin embargo, el ensamble musical con Phil Collins y Toni Braxton sumado a dos estrellas en ascenso como Christina Aguilera y Enrique Iglesias no tuvo cohesión y solo dejó la sensación de ser un festival de las Naciones Unidas de la primaria.
El half time show no solo es uno de los peores sino que también es el más surrealista. También a cargo de Disney, la compañía de Mickey montó un espectáculo de corte musical de Brodway basado en las películas de Indiana Jones. Con todo y la presencia de dos leyendas como Tony Benntt y Patti Labelle, el resultado fue más cómico que épico y ambos cantantes terminaron opacados por lo risorio de todo lo demás.
Después de dos apariciones como miembro de otro proyecto o como personaje secundario, a Justin Timberlake finalmente le llegó la hora de encabezar un espectáculo de medio tiempo y, aunque no tuvo errores garrafales ni fiascos, precisamente su maldición fue lo plano que resultaron todos sus números. A través de un medley que recorrió todo su repertorio, Timberlake fundamentó el show en su capacidad para bailar y cantar, recursos que resultaron suficientes para maravillar a nadie y pasar como uno de los más aburridos de la historia.
Se cumplían 50 años de la historia del Superbowl y todo el mundo esperaba un half time show especial y memorable. Recordemos que en 2016 todo Estados Unidos y sus aristas culturales estaban cruzadas por la guerra política impulsada por Donald Trump, por lo que la NFL tuvo mucho cuidado al seleccionar a sus performers ante el miedo de una protesta no planeada.
Se descartaron nombres como Kanye West, Metallica y Eminem; y en su lugar, eligieron un proyecto que por su nacionalidad tenía un perfil neutral ante la situación: Coldplay, a quienes se les unieron dos artistas que ya tenían experiencia en las presentaciones de medio tiempo y que, de cierto modo, validaban la identidad estadounidense el Futbol Americano: Bruno Mars y Beyonce.
Al final, a los números les faltó fuerza y un vínculo orgánico para funcionar entre sí; en su lugar, se expuso un discurso tibio y timorato sobre la unión de la sociedad en medio de una crisis como la que vivía Estados Unidos en ese momento.
Independientemente del bochornoso suceso entre Janet Jackson y Justin Timberlake (en el que, por cierto, Janet fue la más señalada a pesar de ser la menos culpable), el hilo conductor a nivel sonoro nunca estuvo tan claro: estrellas Pop, estrellas del Hip Hop y rockstars en un medley en el que nada resaltó ni hizo sentido como consecuencia de una dirección musical deficiente.
Al final, lo de Janet y Justin solo fue la cereza en el pastel de un espectáculo de medio tiempo accidentado y errático desde su conceptualización.
Mucha gente no lo sabe pero el primer acto mainstream en presentarse en el Half Time Show no fue Michael Jackson sino los New Kids On The Block, que en 1991 eran el gran referente de la nueva generación de boybands y lo que se conocía como música de plástico o prefabricada.
Los miembros de New Kids On The Block solo ejecutaban y en un performance cargado de playback y la intervención de Disney (una vez más), el espectáculo fue soso y sin alma.