Actualmente, la música alternativa en México está pasando por un proceso de descentralización en el que escenas regionales se consolidan como movimientos a nivel artístico y de industria para abonar a la riqueza sonora de nuestro país.
Al menos durante los últimos dos años, Veracruz se ha convertido en el punto de ebullición de proyectos de distintas naturalezas que entre el shoegaze Reggaeton, el Pop Alternativo y el Post Garage exploran texturas esteticas que no se están escuchando en ningún otro lugar del orbe.
En ese ecosistema se encuentra Braulio Conde, músico multitasking cuyo proyecto enlaza sonidos desde la nostalgia y el futuro.
Braulio Conde ha pasado por las fases conocidas en el camino del héroe:
Conectar con la música a través de un familiar cercano, encontrarse con Soda Stereo, ascender y fracasar con bandas de la adolescencia y cuestionarse su futuro en una clase de ecualización hasta entender que solo él podía tomar las riendas de su proyecto.
Por eso, cuando él mismo define su música como la clase de material con el que te obsesionarías en la juventud, no se equivoca.
Su manera de componer a partir de sensaciones crudas se traduce en canciones directas, con ganchos cortos que se quedan a vagar en la cabeza de quien escucha.
Quizá, una de las mejores virtudes que tiene como artistas es su valentía para atentar contra las duraciones de la radio: un día puede lanzar un single de menos de tres minutos y a la siguiente semana lanzar cortes de más de cinco minutos.
Con apenas unas cuantas canciones publicadas y un sonido accesible, es la nueva joya del panorama nacional.
Lo mejor, es que tendremos noticias de él pronto: está próximo a sacar su nuevo single y su álbum debut.