Silvana Estrada en el Metropólitan: entre lo fúnebre y la celebración #WARPGigs

// Por: Ernesto Cruz

vie 9 diciembre, 2022

Lugar: Teatro Metropólitan

Fecha: 07 December 2022

Fotos: César Vicuña / Cortesía de OCESA

Tras ganar sus Oscares a Mejor Dirección y Mejor Película por la aclamada Shape Of Water (2017), le preguntaron a Guillermo del Toro cómo hacía para lograr que la muerte y la belleza pudieran convivir en el mismo espacio, a lo que respondió: “Porque soy mexicano”.

Tenía razón: porque el Arte de nuestro país ha sido orillado a sobrevivir entre la tragedia y la riqueza de una cultura multifacética que se cimenta en la poesía que susurran nuestros aires… En la estética de nuestro caos.

Silvana Estrada es, en esencia, eso. Y su show estelar en el Teatro Metropólitan lo confirmó.

 

La Enfermedad Del Siglo

Los vientos fríos de la Ciudad de México no impidieron que la primavera eterna de Coatepec, Veracruz se infiltrara en todas las paredes del Metropólitan. Mujeres, sobre todo, en faldas floreadas con sus tote bags que vienen a agradecer la manera en que la música de Silvana ha fingido como bálsamo.

Las luces se apagan y un reflector circense pone el foco de atención en un cuarteto de cuerdas que ejecuta una obra breve en tres tiempos para acentuar el ambiente crudo y doloroso 

Luego de 15 minutos de introducción, Silvana aparece ataviada en un vestido negro con su cuatro, ese instrumento de cuerdas venezolano que la ha acompañado desde siempre.

Conforme avanzan los primeros minutos de “Te Guardo” se abre un telón detrás de ella por el cual se alcanza a ver un combo de ocho músicos de acompañamiento que en colores neutrales le añaden solemnidad a la escena.

De entre la precisión y la virtud técnica sobresale más bien, el contraste emocional que planteó Silvana: por un lado, el dramatismo interpretativo en el que, su expresión corporal y el juego con sus voces, evocan al dolor de un corazón roto; y por el otro, la alegría y el nerviosismo de estar en la fiesta -su fiesta- más grande del  año.

Con el tacto para responder con amor a cuanta persona le gritaba, Silvana estableció un vínculo íntimo en el que nos hizo sentir como parte de su familia.

En su música hay ternura y sabiduría, una nueva manera de afrontar el desamor en el que no son necesarios el rencor ni el odio porque lo importante es apropiarnos de nuestra historia.

Sabré Olvidar

La audiencia coreaba con sigilo, como si guardasemos un secreto. Entonces hubo tres momentos clave para entender la clase de show en el que estábamos: la introducción al intermedio, en el que Silvana abandonó el escenario y los músicos callaron, salvó una trompeta que musicalizó una especie marcha fúnebre, como el maullido de un fantasma que se aleja poco a poco.

Después, Silvana invitó a una mujer del público -en representación de todas las mexicanas- para cantar “Si Me Matan”.

“Esta fue una canción que no sabía que necesitaba hasta que la terminé. Es una canción dolorosa pero para mí, es el recordatorio de que las cosas están cambiando gracias a todas nosotras”.

El número terminó en un abrazo largo entre la veracruzana y la invitada.

Finalmente, cuando presentó una cumbia catártica que se disputa entre el despecho y la oportunidad de una nueva vida:

“¿No les parece extraño? Que un día a alguien en Veracruz se le ocurrió componer una canción y ahora estamos todos aquí cantando esa canción”.

La noche se hizo más vieja, no sin antes regalarnos dos covers: “Clandestina“, su versión del clásico de Manu Chau y “Amor Eterno”, la que ella misma confesó como su canción favorita de Juan Gabriel.

Regresamos a casa con el corazón en paz: bajo la certeza de que el amor y el dolor pueden habitar la misma casa; y en el entendido de que, con Silvana Estrada, nuestra música está en buenas manos.