“Es increíble, es simplemente increíble”, me declaró el cantautor Jack White hace un par de meses, en una entrevista vía ZOOM, sobre el impacto que ha tenido su mayor obra, la canción ‘Seven Nation Army’, dentro de la cultura popular a nivel global. “Me quita el aliento, no puedo creerlo”, afirma sobre cada que la escucha siendo tocada por un adolescente dentro de una tienda de música o siendo coreada por miles de personas en un estadio de fútbol.
Todo empezó durante su adolescencia, en el cuarto de su casa en un barrio latino de Detroit; entre cables y juguetes de su infancia, compuso ese corto riff de bajo, interpretado desde ese entonces en una guitarra eléctrica… Sabía que tenía algo especial entre manos, tanto que lo quería guardar para cuando cumpliera su sueño de interpretar una canción de James Bond, pero no todos pensaban igual.
“La grabamos muy rápido y cuando el álbum estuvo listo, los sellos no querían publicarla como un sencillo. Creo que te muestra que nadie sabe, simplemente nunca sabes qué pasará”, me declaró sobre el por qué se impuso a su disquera y terminó por establecer su publicación como el primer sencillo de Elephant (2003), tercer álbum de estudio de su grupo The White Stripes, como un requerimiento no-negociable que, en caso de no encontrar éxito, pudo costarle su contrato.
Dos premios Grammy y cuatro álbumes platino después, derivados de esa decisión, The White Stripes se convirtió en el proyecto de música rock más aclamado y popular del mundo. La canción, repetitiva y pegajosa, se convirtió en un himno instantáneo del rock contemporáneo que, gracias a un pequeño golpe de suerte, se ha convertido en una de las piezas más reconocibles, famosas y vitoreadas de la historia de la música grabada. Esta es la historia de ese empuje de suerte.
22 de Octubre de 2003
Milán, Italia
Fanáticos del Club Brujas KV, el Blue Army, se encontraban en un bar de la ciudad italiana, deseosos de ver a su equipo jugar contra el coloso europeo conocido como A.C. Milan. De pronto, la radio toca la canción de una banda estadounidense conocida como The White Stripes. De vuelta en su país, el single ya comienza a desaparecer, habiendo pasado alrededor de siete meses desde su release. Pero para esta pequeña barra, se trata de un nuevo mundo. Una tonada pegajosa, que invita a tararear.
Conforme la hora del partido se acerca, los integrantes del Blue Army no dejan de pensar en el riff. Esas siete notas que continúan rondando sus pensamientos explotan cuando su equipo toma ventaja y eventualmente gana el encuentro. Ha nacido un canto.
15 de Febrero de 2006
Brujas, Bélgica
Han pasado casi tres años desde aquel día de octubre, y los fanáticos del Brujas KV siguen entonando esa melodía que les trajo tanta alegría. El club incluso la ha aceptado como un himno, de manera que tras cada anotación, el sonido del estadio pone play a la pista.
Este día, nuestro pequeño club belga se mide contra la A.S. Roma, en un partido oficial de la UEFA Champions League. Roma gana 2-1, pero el verdadero fenómeno ocurre en la tribuna. Los fanáticos italianos escuchan con alegría el canto del Blue Army, y conducidos por la alegría de la victoria, deciden imitarlo. Seven Nation Army se convierte, oficialmente, en material de exportación.
Presente
Mundo Entero
A la fecha, ‘Seven Nation Army’ ha superado la prueba del tiempo, y la barrera del futbol. Diferentes deportes han acogido el riff principal, y lo cantan con orgullo y fiereza cuando llega la oportunidad. La canción, ganadora del Grammy a mejor canción Rock en 2004, ha dejado un legado similar al que Queen instaurara al declararse los campeones.