No hay Trap sin Migos: la importancia del trio de Atlanta

// Por: Ernesto Cruz

vie 4 noviembre, 2022

”Decidimos que nunca seguiríamos las reglas de nadie y aunque eso nos trajo muchos problemas, sabíamos que era el único camino para convertirnos en algo importante. El barrio en el que crecimos es duro y lo más fácil habría sido huir y mantener un perfil bajo; pero no, nosotros funcionamos de otra manera: teníamos que proteger el entorno y por eso decidimos quedarnos en las calles. Era una cosa de fe y mantenerse firme”.

Quavo, en entrevista para el Atlanta Journal en el 2017.

Antes de convertirse en Migos, Quavious Marshall,  Kiari Cephus y Kirshnik Ball crecieron en un barrio marginal en Lawrenceville, Atlanta . Cuidados y criados por la madre de uno de ellos, durante su infancia e inicios de la adolescencia ninguno tenía una vida particularmente llamativa: se dedicaban a ir a la escuela, ayudar en casa y pasar las tardes en la nada; sin embargo, el entorno que los rodeaba fue (y es) violento, con un acceso limitado a oportunidades de desarrollo pero casi infinitas a drogas, armas y relaciones nocivas para cualquiera menor de 16 años.

Como todos los artistas en contextos similares, la música se convirtió en una especie de bálsamo para catalizar tanto vértigo contenido, a veces para bien y a veces para mal.

En 2008 forman Polo Club, una primera versión del grupo en la que ni siquiera estaban involucrados los tres. Quavious Marshall se convirtió en Quavo,  Kiari Cephus pasó a ser Offset  y Kirshnik Ball se volvió Takeoff. Siempre ha sido un asunto de familia: Quavo es primo de Offsett y al mismo tiempo tío de Takeoff. Afortunadamente, la corta diferencia de edades y la cotidianeidad juntos les dio un trato de hermanos.

Al ingresar a la preparatoria, su vida se enfocaba en dos cosas: aprender a rapear y entender el negocio local de tráfico de estupefacientes. La presencia constante de cárteles mexicanos en su zona los enroló como parte del eslabón más bajo de la estructura de dicha mafia, posición en la que además de ser narcomenudistas y ”halconear”, también robaban tiendas y cometían asaltos a mano armada.

En gran parte por eso no termino de cuajar el primer proyecto de Rap que emprendieron. No fue hasta que Offsett mejoró sus barras y empezó a producir que se convirtieron en Migos, nombre que viene del ”Amigos” en español y que era el nombre clave de una casa de seguridad en Atlanta.

Luego de varios esfuerzo sin mayor repercusión mediática, en 2011 lanzan el mixtape Juug Season, que ya se escuchaba influenciado por los primeros esbozos de lo que sería el Trap pero que conservaba su fundamento en el stoned Rap de Lil Wayne, Wiz Khalifa y Birdman. 

Juug Season (2011) solo sirvió para darles la confianza de seguir adelante y a los pocos meses lanzaron No Label (2012), el primer material que realmente los posicionó en el radar de la escena y que además ya mostraba la que quizá sea la virtud técnica más importante de los Migos: la de partir las línea en tres para que el tercer fragmento se diga más rápido que los dos primeros y así lograr que tres sílabas se puedan colocar en un compás de dos tiempos. Podrá ser un detalle mínimo; pero es el recurso sobre el cual se cimenta el flow canónico del Trap.

V E R S A C E

Ya con la maquinaria muy aceitada, para 2013 deciden enfocarse en producir sencillos de mayor manufactura antes de desplegar esfuerzos para grabar placas más largas. Y así llega Versace”, la bala que mató varios pájaros de un tiro: primero, asentó la identidad musical y visual del proyecto. En un mundo que en ese entonces se regía al ritmo que Kanye West quisiera, Migos recuperó la energía del gangsta rapper y la mezcló con una imagen pulcra del lujo y la opulencia, lo cual nos lleva al segundo pájaro: la vinculación directa y nada sutil de los artistas con marcas sin tener acuerdos comerciales de por medio. Aunque la canción y su video oficial son prácticamente un promo de Versace, la manera en que se comunican los hace ver orgánicos y fluidos con el uso de dicha referencia.

Y finalmente, el pájaro de la popularidad. Sin estar realmente inmersos en el mainstream del Hip Hop, ”Versace” encontró su camino para posicionarse en los charts nacionales de Estados Unidos e incluso para ser sampleada por Drake, lo que dotó al proyecto de mucha credibilidad, al grado de tener presencia en Rolling Stone, Pitchfork y Complex.

Pero su vínculo con las drogas tarde o temprano los iba a alcanzar y durante el proceso de grabación de su álbum debut fueron detenidos luego de una presentación en la Georgia Southern University. Quavo y Takeoff, fueron puestos en libertad tras el pago de una fianza de 10.000 dólares; pero Offset tuvo que quedarse tras las rejas debido a que se le negó la fianza por su pasado criminal y su supuesta afiliación con asociaciones delictivas.

Offset recurrió a todas las arma legales a sus disposición pero eso no evitó que pasara 8 meses tras las rejas, tiempo en el que sus compañeros de banda continuaron con la gira y la producción de su disco.

Como aperitivo publicaron Young Rich Niggas (2016), un mixtape que si bien no podría considerarse como un material conceptual, en gran parte sí giraba entorno a la manera en que se percibe la abundancia económica desde la óptica de tres hombres que construyeron su fortuna a partir de actividades, digamos, poco convencionales.

La placa como tal no tuvo un recibimiento extraordinario; sin embargo, los puso en la plataforma para que, cuando saliera ‘”Bad and Boujee” a lado de Lil Uzi Vert, el mainstream estuviese listo para ellos: su primer número uno en Billboard y la viralidad total.

El hype por los Migos se fue al cielo y nadie olvidaba que estaban preparando su álbum debut, la carta con la que terminarían de asentarse como uno de los proyectos Hip Hop más importantes de los últimos quince años.

C U L T U R E 

2017, la hora de la trilogía Culture (2017, 2018 y 2021).  Luego de 4 años y un esfuerzo de producción titánico, sacaron adelante una seguidilla de discos que viven en el mismo universo de excesos, estética kitch y la patente de todo lo que debe ser el Trap.

Quizá la trilogía Culture no tenga la ambición artística y discursiva de otros discos contemporáneos  (Die Lit de Playboi Carter o Barter 6 de Young Thug) pero su impacto cultural tuvo una repercusión inmediata que empezó a entender la vida según todo lo que significa Migos. 

Para la tercera entrega ya podían presumir que habían montado en sus canciones a monstruos como  21 Savage, Drake, Gucci Mane, Travis Scott, Ty Dolla Sign, Big Sean, Nicki Minaj, Cardi B, Post Malone, 2 Chainz,  Drake, Cardi B, Polo G, Future, Justin Bieber, Juice Wrld, Pop Smoke, y YoungBoy Never Broke Again; así como a Metro Boomin, Kanye West y Pharrell Williams en los controles.

El mundo, de hecho, no volvió a ser el mismo; y no lo será ahora que se Takeoff  no está y por lo tanto, Migos tampoco. Y es que Quavo, Offset y Takeoff no inventaron el Trap; pero sí son todo lo que el Trap debe ser. Descanse en poder.