Así como estamos viviendo uno de los mejores años en la historia de los conciertos en México -en gran medida por la urgencia de los artistas por recapitalizarse tras la pandemia- también nos situamos ante uno de los momentos más agitados para la gestión, administración y organización de los espectáculos en vivo dentro de nuestro país.
Particularmente durante los últimos meses, Ticketmaster ha sido señalada por diversas prácticas oficiales y no oficiales que podrían ser consideradas como no éticas o por lo menos, cuestionables: reventa de boletos a través de una red de insiders e influencers, la falta de claridad en el funcionamiento de su fila virtual, lo restringida que se ha vuelto la venta de tickets debido a sus acuerdos con bancos, cancelaciones imprevistas, cambios en su política de recolección de boletos y mucho más.
REVENTA E INSIDERS: El detrás del escándalo de Ticketmaster y los festivales mexicanos
Ticketmaster toma medidas legales ante escándalo de reventa de boletos
La historia más reciente surgió apenas esta semana, cuando un usuario de Twitter reportó una supuesta venta desmedida de boletos en el Centro Ticketmaster ubicado en el centro comercial Plaza Universidad de la alcaldía Benito Juárez, al sur de la Ciudad de México.
El usuario identificado en Twitter como Fer Najaar (@FerNajaar) compartió una foto en la que se puede ver a una persona que guarda un fajo de boletos en un sobre.
@FerNajaar cuenta también que, al momento de los hechos no le prestó atención a la situación; sin embargo, tras recordar las acusaciones hechas por otras personas hacia dicha empresa, le pareció extraño que se permitiera una venta de esas proporciones, dado que los términos y condiciones de dicha empresa establecen una venta máxima de 8 boletos por persona.
Y agregó que las personas que guardaron dicho bonche de boletos “se veían como clientes con poder adquisitivo”, sin ningún tipo de relación aparente con Ticketmaster.
Hasta el momento, la empresa no ha emitido respuesta al respecto.
No olvidemos que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se comprometió a iniciar una investigación al respecto. De manera simultánea, la misma dependencia gubernamental ha lanzó a través de Twitter una iniciativa para que clientes afectado se sumen a una demanda colectiva en contra de Ticketmaster.
Y si bien dicha demanda colectiva no está relacionada directamente con la reventa de boletos, es un gesto que al menos da señales de que el Gobierno está al tanto del problema.
Un problema de alcance global
Pero estas acusaciones no son exclusivas de la división mexicana de la compañía; también en otros países se han vislumbrado quejas e investigaciones sobre el tema.
Una coalición de activistas antimonopolio emprendió una iniciativa en la que le exige al Departamento de Justicia de los Estados Unidos que ponga fin al dominio de Ticketmaster en la venta de entradas para los principales eventos musicales y deportivos de aquel país.
La campaña “Break Up Ticketmaster” busca deshacer la fusión entre Live Nation y Ticketmaster, misma que se forjó en 2010 y que según el grupo activista, le da al gigante de la venta de entradas más del 78% de participación de mercado.
“El poder de mercado de Ticketmaster sobre los eventos en vivo está robando a los fanáticos de los deportes y la música y socavando la vitalidad e independencia de la industria de la música”, dijo Sarah Miller, directora ejecutiva del American Economic Liberties Project.
Sra. Miller también afirmó que las empresas estaban violando los términos de su acuerdo de fusión de 2010.
“Ticketmaster abusó de su poder de mercado. Es hora de separarlos”.
El costo creciente del entretenimiento en vivo debido a los llamados “precios dinámicos” se ha vuelto uno de los principales dolores de cabeza para el público. Hace unas semanas, fanáticos se quejaron de que les cobraron 5 mil dólares por boletos para la próxima gira de Brice Springsteen.
Ticketmaster respondió con las cifras de su mapa de venta, mismo que mostraban que el 88,2 % de las entradas vendidas para los espectáculos de Springsteen costaban $202, y solo el 1,3 % de las entradas superaban los $1000.
Los fanáticos de Harry Styles y Coldplay también informaron haber encontrado precios de boletos exorbitantes debido a los ”precios dinámicos”.
Ticketmaster cobra tarifas de servicio, tarifas de conveniencia, tarifas de procesamiento y tarifas de instalación para muchas de sus ofertas en vivo.
Anteriormente se indicó que estos se determinan en colaboración con los artistas.
Recordemos que, en Estados Unidos, Ticketmaster también controla un rentable mercado oficial de reventa en el que agrega tarifas adicionales.
“Live Nation-Ticketmaster ha aumentado descaradamente los precios y las tarifas, lo que no les da a los fanáticos otra opción que darles el dinero que tanto les costó ganar para asistir a los eventos”, dijo el director ejecutivo de More Perfect Union, Faiz Shakir.
NEW: Ticketmaster is destroying live music.
Their scam fees now cost as much as 78% of a ticket. They control the events, the venues, even the artists.
There’s a movement pushing the Justice Department to take on their monopoly. @Doctorow breaks it down. pic.twitter.com/Ai0AwuVJQX
— More Perfect Union (@MorePerfectUS) October 19, 2022
“Esta es una oportunidad para que el Departamento de Justicia demuestre que el gobierno está trabajando para proteger nuestros mejores intereses al revertir la fallida fusión Live Nation-Ticketmaster después de una década de engañar a los estadounidenses”.
La campaña alienta a los artistas, fanáticos y lugares a compartir sus testimonios de manipulación de precios con el Departamento de Justicia y compartir el hashtag #breakupticketmaster en las redes.