Es el Pepsi Center y la playlist Pop que amenizó la espera por Lorde es interrumpida de golpe por ‘Sun King’ (1969) de The Beatles y de repente todo cobra sentido en el universo Solar Power: lo que parecía un disco Folk sobre el fin del mundo como metáfora de la adultez, se convierte en una puesta en escena minimalista y espiritual que utiliza al sol como tótem para reconciliarnos con la experiencia de vivir.
La escenografía esta conformada por una escalera diagonal sostenida por un aro y rodeada por dos bloques de desniveles que conectan con un sol enorme y total, proyectado sobre la pantalla principal al fondo del escenario. Ella está oculta detrás de una sombra que solo permite ver su silueta y empieza a cantar ‘Leader Of A New Regime’. Son las 9:45 de la noche y el corte inicial nos da a entender que presenciaremos un setlist distinto a lo que se ha visto en las fechas previas de la gira.
Desde que se publicó Solar Power (2021) lo relacionamos con esos discos clásicos de cantautoras que se volvieron legendarias durante los 70’s; sin embargo, al ver el show en plenitud, parece que la influencia de dicha década se extiende por cada detalle de la gira: desde la estética orgánico-futurista de la mencionada escenografía (para una mayor referencia, la famosa Casa Orgánica de Javier Senosiain), el vestuario, el montaje y la coreografía de los músicos y la misma Lorde parecían de películas como Cuando El Futuro Nos Alcance (1976) o Jesucristo Superestrella.
Y ella, que con sus movimientos y su interpretación en vivo parece descendiente de Patti Smith, Yoko Ono y Carole King. De la Lorde enigmática, atípica y adolescente queda poco: ahora se erige segura y abierta para un público al que todo el tiempo le mostró su agradecimiento y amor.
“Me parece una locura que hayan acampado para poder estar hasta adelante. Me hacen sentir muy querida. Viven en una ciudad increíble en la que todas las noches pasan cosas increíbles y ustedes eligieron estar aquí. Jamás lo olvidaré y volveré cada que ustedes quieran”.
Hubo varios episodios anticlimaticos originados por fallas técnicas; pero ella, en su afán de ofrecer el mejor concierto posible, no tuvo reparo en pausar el show para asegurarse de que todo funcionara a la perfección:
“Es lo mínimo que puedo hacer a cambio de todo el esfuerzo que han hecho ustedes por venir”.
Aunque los grandes hits cumplieron con la promesa de explotar el recinto, fueron los deep cuts como ‘Fallen Fruit’ -la cual solo había sido interpretada en vivo en espacios televisivos y un par de fechas de la gira norteamericana-son los que revalorizaron la narrativa detrás de Solar Power (2021) como una reflexión profunda sobre amar algo que estamos condenados a perder: el mundo, un amor, una amistad…
En una hora y cuarenta y cinco minutos Lorde demostró que es una figura fundamental para vincular la música de autor con el mainstream y que, al mismo tiempo, no necesita de fanfarrias maximalistas para presentar un espectáculo de alta manufactura en un foro como el Pepsi Center.
Sin lugar a dudas, uno de los shows más bellos que hemos visto este 2022 en la ciudad de México. El sol todavía alumbra.