Luego de dos intentos fallidos y varios millones de dólares perdidos, parece que finalmente seremos testigos del lanzamiento de la Artemis 1, la primera nave de una serie de misiones que pretenden devolver a los estadounidenses a la luna.
27 de septiembre fue la fecha elegida para el tercer intento de despegue, una vez que fueron completadas con satisfacción todas las pruebas a realizarse en tierra.
Charlie Blackwell-Thompson -directora de la operación- comentó que en las anteriores oportunidades tuvieron que frenar el proceso debido a “una fuga observada al llenar sus tanques con combustible criogénico -oxígeno e hidrógeno líquidos, el cual es altamente inflamable y puede originar una catástrofe sin precedentes”.
Desde entonces, la NASA realizó las modificaciones correspondientes, entre ellas la reposición de la conexión entre el cohete y las grandes mangueras que le suministran combustible. El sello había sido afectado por elementos de origen clasificado. La prueba de este miércoles incluyó la inyección de los depósitos de combustible; y aunque se volvió a registrar una pequeña fuga de hidrógeno, ésta fue controlada por los equipos de la NASA y dicen que estuvo calculada.
El segundo criterio para autorizar el despegue será la situación climatológica ante la posibilidad de que esa zona se vea afectada por la temporada de huracanes.
Recordemos que el SLS, nave construída exclusivamente para esta misión, es considerada la más potente jamás construída y de cumplir los objetivos, la NASA se vería severamente cuestionada.