Durante las últimas 24 horas, Ticketmaster y OCESA han sido severamente señalados luego de que el pasado 24 de agosto la influencer mexicana Miroslava Valdovinos -conocida en el mundo del Internet como @CigarrosDeMiel- publicó en sus cuentas de Instagram y Twitter que tenía abonos y boletos a la venta para la edición 2022 del Corona Capital.
Dicho episodio no fue el primero que protagonizó la influencer: La polémica se remonta al 19 de agosto, cuando también utilizó sus canales personales para anunciar que tenía disponibilidad de entradas para el mismo evento, situación a la que el público reaccionó con descontento debido a los costos elevados bajo los cuales ofertaba:
–Abono general: $9,800.00
-Boleto individual de viernes: $3,690.00
-Boleto individual de sábado: $4,500.00
-Boleto individual de domingo: $3,690.00
Al ser cuestionada por los precios y la veracidad de los tickets, aludiendo precisamente a que estaba incurriendo en la reventa, la influencer respondió: ‘’ no son revendidos, me los da el festival directamente pero gracias por el análisis persona desconocida’’ (sic); en consecuencia, un usuario de Twitter llamado Pedro Madrigal (@tiraparocarnal) etiquetó a la cuenta oficial del Corona Capital para comprobar el argumento de Miroslava Valdovinos, mensaje que recibió respuesta inmediata por parte del festival en la que enfatizaron que no existe programa oficial de insiders o embajadores de marca que tengan permitido la comercialización de entradas fuera de la plataforma de Ticketmaster, por lo que instaban a la audiencia a que no cayeran en estafas.
Si bien la respuesta del Corona Capital dejó expuesta a la mexicana y acrecentó el escarnio en redes sociales, ella contestó:
‘’Es claro que no convenga decir que detrás de los eventos hay muchos intereses, precios y ventas por aparte, pero afortunadamente tengo respaldo de muchos clientes y entregas realizadas. Creo que es bastante obvio que no tengo la necesidad de estafar a nadie, y no por nada he colaborado por años con tantos eventos y festivales. Yo tengo mucha paz mental y mi conciencia súper tranquila’’.
Esa primera discusión se quedó en un intercambio de ideas e insultos entre personas que respaldaron a Miroslava y gente que reprendió su posición; sin embargo, cinco días después, en su cuenta, la influencer presumió un fajo de boletos del Corona Capital con los siguientes enunciados: ‘’No hubiera logrado nada sin uds y sus fan theories. 108 boletos vendidos y listos pa’ entregar no lo puedo creer ahora sí que la más jubilada’’. El tono de la influencer reanimó a la turba de Twitter, lo que le dió un alcance aún mayor al que tuvo la conversación del 19 de agosto, al punto que la susodicha se vio obligada a cerrar su cuenta de Twitter y a poner privada la de Instagram.
Con el paso de las horas, diversas instancias han sido citadas de manera directa: Desde la misma Ticketmaster y OCESA, hasta la PROFECO y el SAT. Ticketmaster emitió un comunicado oficial en el que se deslinda tajantemente de Miroslava junto con OCESA y rechaza el uso indebido de boletos que ella les dio. La PROFECO, por su parte, respondió que ante cualquier indicio de prácticas ilícitas, debía realizarse un reporte oficial a través del protocolo correspondiente.
Para dimensionar el alcance de esta situación, habría que recuperar la última declaración que Miroslava Valdovinos realizó el 19 de agosto:
‘’Es claro que no convenga decir que detrás de los eventos hay muchos intereses, precios y ventas por aparte, pero afortunadamente tengo respaldo de muchos clientes y entregas realizadas. Creo que es bastante obvio que no tengo la necesidad de estafar a nadie, y no por nada he colaborado por años con tantos eventos y festivales. Yo tengo mucha paz mental y mi conciencia súper tranquila’’.
Lo que nos lleva al siguiente punto: la existencia de sistemas de venta externa a la plataforma oficial de Ticketmaster.
A lo largo de las últimas horas, WARP Magazine ha podido conversar con diferentes personas que al igual que Miroslava Valdovinos, fungen como insiders, amigos del festival o embajadores del festival, que para fines prácticos, tienen exactamente la misma función. Por su seguridad y debido a la confianza que nos brindaron al entablar diálogo con nosotros, nos reservamos sus identidades, lo que sí podemos decir es que todas sus versiones sobre el funcionamiento de estos mecanismos de venta coinciden:
Las personas seleccionadas son invitadas a grupos de WhatsApp en los que son incluidos influencers, figuras públicas, músicos, gente de medios de comunicación, artistas y agentes de Relaciones Públicas; a las cuales se les ofrece que por X cantidad de boletos vendidos, recibirán a cambio una cortesía para el evento, cortesía a la que le pueden dar la función que deseen: usarla para su acceso personal, para regalarla o para venderla bajo sus propias condiciones. No existe una remuneración económica directa y se recomienda que las entradas que vendan sean ofrecidas con discreción en círculos cercanos entre amigos, familiares o conocidos de confianza. Este sistema es utilizado principalmente por festivales independientes o aquellos en los que OCESA no se sitúa como organizador principal; y su función es fortalecer a la comunidad base del evento a través de costos accesibles, venta sin cargos por servicio o facilidades de pago.
Existe un segundo sistema enfocado a eventos de mayor envergadura en los que boleteras y promotoras facilitan boletos con anticipación a empresas de diferentes giros comerciales: desde socios comerciales y estratégicos hasta agencias de publicidad y agencias de viajes que organizan tours cuya oferta incluye los eventos en cuestión. El destino de esos boletos varía según la naturaleza de cada empresa: algunos los regalan o rifan a sus trabajadores en celebraciones especiales y otros forman parte de paquetes que además abarcan traslados y hospedajes.
En el segundo caso, aquellos tickets que no encuentren clientes inmediatos son puestos a la venta a través de otro tipo de insiders, generalmente influencers y figuras públicas con un alcance mayor que los del primer sistema. Estas entradas o abonos no tienen una limitación respecto al costo bajo el cual se ofertan, pero generalmente se manejan en el espectro de la última fase de venta sin los cargos por servicio. Por ejemplo: si en un concierto cuya venta se maneje en cinco fases y la última de éstas pone los accesos en $5,000.00 + cargos por servicio, con los intermediarios sólo se cobran los cinco mil pesos. A diferencia del primer sistema explicado, aquí los embajadores de marca sí recibían una remuneración económica directa que va de los $300 a los $500 pesos mexicanos.
Es importante puntualizar que Miroslava Valdovinos no es la única implicada en este tipo de prácticas. El usuario ALV Ticketmaster (@ALVTicketmaster) señaló que Sofía Corleon con presencia en Twitter (@SoyCorleone1) y en Instagram (@sofcorleon) también se regocijó de la venta de abonos y boletos en cantidades que se cuentan en centenares bajo una comunicación similar a la de @CigarrosDeMiel, con la diferencia de que Sofía Corleon comercializaba boletos para el Flow Fest 2022. Y no es casualidad, ya que ambas interactuaron en Twitter en post relacionados con la venta de dichos boletos.
ALV TICKETMASTER también expuso que Sofía Corleon estaría vinculada con iniciativas que se manejan como agencias de embajadores de festivales, particularmente Prometeo Insiders (@insidersmx_ ), arroba que existe desde 2016. Sofía Cervantes (@sof.cervantess) fue otra de las personas señaladas, quien a través de la página de Instagram softickets (@softickets) vende boletos para espectáculos en vivo con números al nivel de los de los nombres previamente mencionados.
Para finalizar, la misma cuenta dio a conocer que un hombre llamado Victor Almanza, director de una empresa de tours de Querétaro, fue quien facilitó los boletos a ambas influencers.
Si bien las expectativas respecto a las consecuencias que puede tener este caso son altas, habría que aclarar que no todas estas prácticas incumplen con la ley. En todo caso, son más bien reprobables a nivel ético y moral, comparables con contar cartas cuando se juega al póquer en un casino.
La ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en la Ciudad de México establece en su artículo IV, párrafo 3 que ‘’queda prohibida la reventa de boletos en la vía pública’’; sin embargo, no específica algo sobre la reventa digital, lo cual significa que es una práctica no tipificada. De lo que sí podrían ser juzgadas es por elevar los costos de las entradas: según la Ley De Cultura Cívica De La Ciudad de México, en su artículo 25, facción XI se plantea que queda prohibido ‘’ofrecer o propiciar la venta de boletos de espectáculos públicos con precios superiores a los establecidos por las autoridades’’.
Este revuelo mediático llega en un momento contrastante para Ticketmaster y OCESA: por un lado, el público y los medios consideran que la de este año podría ser considerada como la mejor cartelera de conciertos y festivales de toda la historia de México: Harry Styles, Dua Lipa, Bad Bunny, Rosalía, los Corona Capital y Flow Fest más ambiciosos desde que debutaron, por mencionar algunos; y por otro lado, el 2022 es uno de los años en los que más críticas y desaprobaciones han recibido debido a la serie de mecanismos que han instaurado para la venta de boletos: la fila virtual, las tarifas dinámicas, el aumento de preventas exclusivas dirigidas a tarjetahabientes en las que se agotan los boletos…
Apenas el 11 de julio del presente año PROFECO convocó a una acción colectiva en la que invitaban a clientes afectados a reunir documentación necesaria para entablar una demanda contra TICKETMASTER por efectuar las siguientes acciones:
-Incumplimiento de acuerdo de venta por el sistema ‘’meses sin intereses’’.
-Cancelación imprevista de boletos.
-Devoluciones parciales sin justificación mercantil.
A nivel global, no es la primera vez que los reflectores se sitúan sobre Ticketmaster. Rolling Stone publicó que la matriz de la boletera ubicada en Estados Unidos atraviesa una auditoría prolongada que pretende esclarecer sus mecanismos de venta.
La procuraduría general de Nueva York (NYAG) amplió la investigación y encontró cifras alarmantes: en Estados Unidos, solo un 46% de las entradas totales están dirigidas al público general; el 54% restante se divide entre insiders (16%) y preventas (38%). Se puntualiza que en las preventas a tarjetahabientes no se compra estos boletos a través de los bancos, sino que se le compran directamente a dichos bancos, mismos que previamente ya adquirieron las entradas con la boletera; lo cual, técnicamente, podría considerarse un tipo de reventa.
En otro tenor, Livenation aceptó en 2017 que ayudó a bandas a adquirir cantidades masivas de boletos para sus shows con la finalidad de que éstas pudieran revenderlos y así obtener dividendos mayores por las giras.
Finalmente, tanto en Estados Unidos como en México y esta misma semana en España para la serie de conciertos de Coldplay en dicho país, se ha denunciado el uso de bots para las ventas en línea: sistemas con la capacidad de acaparar boletos a una velocidad 10 veces mayor que la que podría tener cualquier comprador común.
Tanto el caso de los boletos del Corona Capital como las inconsistencias que se le atañen a Ticketmaster en general son historias en desarrollo; y si bien, influencers como Miroslava Valdovinos y Sofía Corleon se aprovechan de su plataforma y su capital social para sacar provecho de este tipo de prácticas, no podemos omitir que son apenas el último eslabón de todo un sistema al que le urge esclarecer sus mecanismos y la función específica de cada uno de sus agentes.