Ramón Luis Ayala, el músico puertorriqueño que se encargó de dar vida al género del reggaetón bajo el nombre de Daddy Yankee, será condecorado como “leyenda” gracias a su contribución a la cultura hispanohablante por la Fundación de la Herencia Hispana de la Casa Blanca, una de las distinciones más importantes que se le pueden otorgar a los latinoamericanos en EUA.
“La Fundación de la Herencia Hispana está encantada de honrar a Daddy Yankee con el Premio Leyenda, que es tan merecido por ser pionero en una forma de música que ha impactado al mundo. También estamos honrando su servicio a nuestra comunidad a través de su trabajo con su fundación Daddy’s House y trabajando con organizaciones que apoyan a los necesitados en Puerto Rico y más allá”, dijo José Antonio Tijerino, Presidente y Director Ejecutivo de la Fundación.
“Como creador de cultura, revolucionario, agente de cambio e innovador, Daddy Yankee ha inspirado, impactado e influenciado constantemente a generaciones de creadores. Ícono indiscutible, sigue siendo uno de los artistas más influyentes de todos los tiempos, trayendo por primera vez el reggaetón a todo el mundo. La música y la cultura latina no se verían, sonarían ni sentirían igual sin él”, agregó Tijerino.
Otros músicos que han recibido esta distinción incluyen a Celia Cruz, Rita Moreno, Rubén Blades, Fania All-Stars, José Feliciano y Los Tigres del Norte. La ceremonia se transmitirá el 30 de septiembre a través del canal estadounidense PBS.
El reggaetón lleva más de tres décadas en desarrollo desde su nacimiento como concepto, acuñado por un joven Daddy Yankee dentro de uno de los primeros mixtapes de hip-hop underground boricuas, la cinta titulada Playero 36 (1993) en donde declara “quiero que sigas brincando porque es el hombre fenomenal el que canta reggaetón”.
El autor de Barrio Fino (2004), el álbum latinoamericano más vendido en la historia dentro de tierras europeas, múltiple disco platino en México, Puerto Rico, Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Noruega, Argentina, Chile, Italia, y Suiza, fue parte de la primera generación de artistas de reggaetón. Un estilo creado en San Juan de Puerto Rico por las clases populares de la isla, influenciados en la cultura hip-hop estadounidense de la época, pero integrándole las bases rítmicas que se desarrollaron en Jamaica bajo el nombre de dembow dentro del movimiento dance-hall, y que se popularizó poco después en Panamá gracias al trabajo de intérpretes como Nando Boom y El General. Eso sin mencionar, la evidente influencia de las principales figuras latinoamericanas salseras, con nombres derivados del sello discográfico neoyorquino Fania.
Ellos exploraron la narración de historias violentas con su música, orquestales piezas derivadas del jazz, un imaginario que se integró en estos primeros intérpretes de reggaetón que se referían en un inicio a su género como ‘underground’. Fueron varios años en los cuales sólo se pudieron escuchar sobre escenarios clandestinos de las playas de Puerto Rico, previo a los lanzamientos de los mixtapes playeros en cassettes, los cuales fueron copiados y difundidos por sus escuchas. Se trató de un movimiento autogestivo con poca o nula remuneración para sus artistas que llegó a la masificación por medio de la recomendación boca a boca.
Su impacto fue tal que en 1997 el gobierno decidió prohibir la escucha, compra, y venta de música de reggaetón. Un movimiento generado por el ex-gobernador Pedro Roselló, motivado por el mensaje hiper-sexualizado de la música. En un dato curioso, él es el padre del también ex-gobernador contra quien se levantaron los reggaetoneros a principios de este año, Ricky Roselló, y la respuesta fue la misma. Los intérpretes empezaron a crear música con un alto contenido político en el cual criticaron duramente al gobierno boricua de no permitir la libre expresión.
Desde entonces, Yankee se ha vuelto su principal figura, estando presente como protagonista en las tres etapas más importantes de la historia del género: el underground, el reconocimiento mundial con el bling bling generado gracias al éxito de su álbum Barrio Fino (2004), y liderando las listas de éxitos a nivel mundial en su estado presente gentrificado, en gran medida gracias a la sensibilidad pop que se le inculcó en Colombia, pero que fue perfeccionada por Yankee en la composición de ‘Despacito’.